«Salseta» de ralla, pulpo encebollado, «all i pebre» de anguila, chipirones rebozados o sepia «guisadeta» son algunos de las raciones que cada día hacen las delicias de los comensales en el bar-restaurante 1001 del Grau de Castelló.
El establecimiento es uno de los más antiguos y emblemáticos del distrito marítimo y destaca por combinar productos marineros de primera calidad del Grau con gastronomía de la comarca de Morella, de donde son originarios Ernesto Guardiola y Margarita Pechobierto, los fundadores del 1001 hace medio siglo. Su hijo, Javier Guardiola, lleva las riendas en la actualidad. El próximo mes de abril el bar cumplirá su 50 aniversario, y lo hará siendo uno de los lugares predilectos de almuerzo tanto de residentes del Grau como de vecinos llegados de otros municipios del entorno. Entre semana acoge a trabajadores del barrio, pero cada sábado atrae a parroquianos de Castelló y de Borriana, que valoran la variedad y calidad de sus platos.
Para almorzar, los clientes mezclan, por ejemplo, relata Guardiola, un plato variado de sepia, pulpo con cebolla, ralla y chipirones rebozados. También triunfan el «all i pebre» con anguila y el rabo de toro. El 1001 es uno de los poco espacios de Castelló que ofrece el tradicional plato de «all i pebre». También cuenta con otras tapas como callos, «fabetes al tombet» o carrillada.
El pescado procede de la lonja de Sant Pere del Grau. Se trata de un amplio surtido de gastronomía marinera, sin «descuidar», subraya Javier Guardiola, la zona de Morella, de donde son su padres, con raciones tales como manitas de cerdo, callos o rabo de toro.
Más de un centenar de personas acuden de media cada día a almorzar al bar-restaurante. Además, el 1001 dispone de una terraza en el exterior con una capacidad para 50 personas.
