La tensión acumulada entre la Conselleria de Sanidad y la Diputación de Castelló estalló con la modificación de la plantilla del centro, pero llevaba gestándose desde que el anterior gerente intentó conocer las irregularidades cometidas. En 2004 se aprobó la fórmula jurídica del consorcio y el centro pasó a funcionar sin control administrativo y a ser utilizado como punta de lanza de un sistema clientelar gracias al presupuesto sin reparos y al beneplácito de la anterior administración valenciana.
¿La modificación de plantilla hace explotar una tensión latente en el centro desde que cambia de signo político el consorcio?
Sí; es verdad. Es así. Desde 1978 no se había producido nunca una situación en la que la diputación fuera de un signo político y la conselleria de otro. Es la primera vez que pasa y a lo mejor las tensiones, que evidentemente han habido y muchas, se deben a la falta de práctica en manejar esas situaciones.
¿Se ha precipitado la modificación de plantilla antes de que estuviera completada la integración funcional?
En este hospital las características de funcionar son heredadas de la administración local y en muchos casos las prácticas son diferentes de lo que era la conselleria. Por ejemplo, hay un tema clave en todos los problemas que tiene este hospital y es que el hospital no tiene interventor. Si hubiera habido un interventor muchos de los problemas que hay no estarían. Debido a eso, se tiene que hacer un acople de las formas administrativas y de los procedimientos y de la manera de trabajar que aquí era...distinta...con unas normativas...por libre. El consorcio tenía una libertad de acción que no se tiene en una conselleria. La hoja de ruta contempla la integración total en la conselleria. No hay vuelta de hoja. Al final, los enfermos son los mismos.
¿Qué plazos manejan para esa integración? Porque tienen un mandato de Les Corts.
No será rápido. Estas cosas se pueden hacer de un plumazo, pero no suelen salir bien si se hacen así. La idea es ir adaptando el hospital a la dinámica de un hospital de la conselleria y vamos a hacerlo poco a poco.
La integración según su versión es necesaria y positiva. ¿Qué cosas negativas acarrea la actual forma jurídica?
Yo estoy trabajando en este hospital desde hace más de 30 años. Conozco el hospital, los trabajadores de ahora y los de antes y las dinámicas que había. Conozco Castelló y sé de que hablo. Estoy convencido de que la población de Castelló, mayoritariamente, está muy contenta de la asistencia que se presta. Pero aquí no se trata de que el General sea la estrella y nosotros los malos. Lo que hay que hacer es aprovechar las sinergias. Aquí viene un enfermo, le atendemos y se le hacen unas pruebas. Después se va al General y la red informática no está integrada, por lo que no saben qué pruebas se le han hecho aquí. Se trata de aprovechar las sinergias.
En esa adaptación, ¿puede haber un punto en el que la calidad asistencial se resienta?
En los hospitales, las listas de espera y todo eso, es...un poco...el caballo de batalla. Eso está en todos los hospitales de la Comunitat. Aquí se han hecho unos reajustes y tendremos que ajustar esas listas y esas visitas a la nueva situación, pero que en teoría es un cambio mínimo el que se ha hecho aquí. Al total del hospital no sé si habrá una variación del 1% o del 2% y no se tiene que notar.
¿La falta de información y la no negociación con los sindicatos puede dar argumentos jurídicos a las 17 personas que estudian judicializar el cese?
Eso es inevitable. Los trabajadores están años trabajando, es normal, y yo entiendo que presenten un recurso. Para eso están los jueces y la justicia. Haremos lo que diga el juez.
¿Por qué no se dio a los consejeros ni a los sindicatos el informe de la UJI?
(Silencio)...Vamos a ver...esa... pregunta yo no sé si soy el que te la puede contestar. La información que se le ha dado a los sindicatos es que ese informe es mucho más completo que todo esto y es un informe que también diseña un plan estratégico y se ha sacado esta parte tan sólo. En todo caso, las conclusiones son orientativas.
La consellera informó de que era un consulta técnica para tener más argumentos.
Aquí hay un punto que es clave y es que antes de finalizar octubre de 2014 el TAL ordena que se haga un estudio y que se aplique lo que se ha hecho. Se fue dejando y nos ha tocado hacerlo. Al final de la película, pienso que tiene unos daños colaterales mínimos; se ha hecho con esa intención de normalizar una situación que era totalmente ilegal.
El anterior gerente da la sensación de que estaba muy solo en el hospital. Denunció amenazas, depositó el informe ante un notario y llegó a reivindicar que el gerente era él frente las cuotas de poder.
Recuerdo ese artículo porque fue muy polémico. El gerente del hospital soy yo y nadie me ha reivindicado ese puesto. Eso es obvio.
Pero llama la atención que un gerente tenga que salir en Levante de Castelló a decir: «El gerente soy yo».
A mi no se me ha cuestionado mi gerencia desde los sindicatos. Yo no tengo esa sensación.
En el horizonte se vislumbra la integración y la judicialización de las irregularidades. ¿Se podrá separar?
Este hospital tiene un problema que yo creo que es grave y era que no había interventor y nos hemos encontrado con irregularidades administrativas a porrillo. Eso hace que este hospital sea demasiado polémico en el día a día y lo que intentamos es que afecte a la asistencia sanitaria lo menos posible.
¿Estamos en un punto de inflexión del hospital?
Creo que no es desde el otro día. Cuando se me sugirió hacerme cargo de la gerencia les dije que probablemente iba a ser una gestión dificultosa y le pedí a la consellera que me apoyara. Hasta ahora he visto un apoyo total y que digan que estamos desmantelando el hospital es una barbaridad. Todo lo contario. Lo que queremos hacer es potenciar el hospital y todas irregularidades ponerlas en orden y que el centro tenga un funcionamiento normal.
