Vecinos de la localidad de Almassora de hasta siete nacionalidades diferentes han participado en un taller dirigido a las minorías étnicas y que ha tenido como objetivo buscar herramientas para la resolución pacífica de conflictos. Participantes en la escuela de acogida y en el programa de integración del pueblo gitano se han unido a esta iniciativa, titulada "Conocernos y valorarnos", con la que ha comenzado la primera Semana de la Tolerancia organizada por el Ayuntamiento de Almassora.

La alcaldesa, Susanna Nicolau, incidió ayer en la inauguración en la necesidad de conocerse «a fondo» y entender las «diferencias», dos aspectos fundamentales para «conseguir una convivencia respetuosa y tranquila entre todos los vecinos de Almassora».

El personal municipal del departamento de Bienestar Social, organizador de la dinámica, planteó a los participantes diferentes situaciones en las que pueden darse episodios de discriminación y violencia por cuestiones de raza, creencia o género. Los asistentes, de siete nacionalidades diferentes, han planteado maneras de resolver los conflictos y han establecido un debate sobre cómo afrontan estos problemas las diferentes culturas. Las monitoras también explicaron a los alumnos, en su mayoría padres y madres de familia, la importancia de educar a los menores según valores como el respeto, el diálogo y la comprensión. Este primer acto de la nueva Semana para la Tolerancia irá seguido de otras actividades durante los próximos días, que se realizarán en la casa consistorial y que implicarán a grupos de mayores de 60 años, asociaciones, ONG locales y familias.

La programación culminará el próximo sábado en la plaza Pere Cornell con diferentes actividades infantiles con animación, cuentacuentos y una mascletà de globos. La jornada se cerrará con la lectura de un manifiesto a favor de la tolerancia por parte de la concejala de Bienestar Social, Diana Belliure.