José María Chema García Flores (Plasencia,1987) tiene el corazón dividido entre su ciudad natal y la de acogida, Castelló. No obstante, afirma que en ningún momento se arrepiente de haber apostado por el proyecto que dirige Toni Ten, en el que ya lleva ocho temporadas cumpliendo su sueño de jugar al baloncesto en un club que le ha dado todo: el Club Amics del Bàsquet Castelló.

Sus inicios fueron en el equipo de su tierra. Sin embargo, como jugador profesional nunca ha jugado en un equipo extremeño. ¿Es una asignatura pendiente?

No, porque ya tengo 29 años y mi vida, más o menos, ya está encauzada aquí en Castelló. Es cierto que cuando era más pequeño sí que me hubiese gustado jugar allí o que me hubiesen dado la oportunidad, pero no ha podido ser. Mi camino fue otro y estoy feliz y contento de poder estar luchando cada año aquí en Castelló.

Valladolid fue Su primer destino tras salir de Extremadura. ¿Cómo vivió aquella etapa lejos de casa?

Era muy pequeño y fue bastante dura porque soy una persona muy familiar, muy de mis padres y de mi hermano. Pero estaba haciendo lo que amaba, que era jugar al baloncesto, y no pensaba más allá de seguir cumpliendo el sueño de jugar y de seguir creciendo como persona y deportivamente.

Valladolid, Lugo, Navarra y Cantabria en cinco años y, de repente, Castelló. ¿Por qué decidió venir al Amics del Bàsquet?

Fue la propuesta más atractiva que tuve ese verano. Hablé con mi agente, con mis padres y con mi hermano, y entonces decidimos tomar esta oportunidad que me dieron Toni Ten y Luis García para seguir cumpliendo mi sueño de ser profesional. Y gracias a Dios, después de ocho años, puedo decir que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Esta es su octava temporada en el equipo de la Plana. ¿Se imaginabas que Castelló iba a marcar un punto de inflexión en su vida?

Nunca en la vida. El primer año que estuve aquí ya me sentí como si estuviera en mi casa y eso fue la gotita que me hizo querer renovar cada año. Además, conocí a mi actual mujer y eso es lo que me hizo querer continuar aquí para estar con ella y seguir cumpliendo mi sueño de jugar al baloncesto.

En ocho años ha pasado de jugar en EBA a LEB Oro. ¿Se imaginaba esta progresión?

Me imaginaba algo parecido, porque cuando llegué a Castelló las bases que tenían eran muy buenas, el proyecto era muy bonito y sabía que trabajaban muy bien. Entonces imaginaba que podíamos dar pasos hacia delante, pero no me imaginaba llegar a donde estamos: hemos quedado campeones de la Copa Príncipe y ascendimos, hace dos años, a LEB Oro. No me lo imaginaba tan de película y tan de sueño como ha sido, pero sí que es cierto que las cosas se han hecho muy bien desde el principio y que Luis (García), el cuerpo directivo y Toni Ten han trabajado muy bien.

¿Cuál ha sido la clave del éxito de este equipo?

Creo que Toni Ten ha sido la clave para estar donde estamos, porque es un hombre que le gusta hacer las cosas muy bien, muy detalladamente y ha dado confianza al bloque durante mucho tiempo.