Fue en 1891 cuando las primeras Hermanas de la Consolación, fundadas por María Rosa Molas, llegaron a Onda. En un primer momento se establecieron en la antigua casa de Correos del Pla, según recuerda el personal del centro. Las primeras clases las impartieron en los bajos del ayuntamiento y, ese mismo año, la congregación adecuó su primer colegio en un edificio de la Font de Dins, de párvulos y para niñas.

El centro se quedó pequeño, y en 1914, la congregación de la Consolación compró un edificio (pagado poco a poco por la comunidad) en la antigua calle Colón (hoy la Safona), así como un patio que comunicaba con el primer colegio. En la planta baja del edificio de la Font de Dins se ubicaban las clases de párvulos, mientras que en la segunda planta las de labores. En el edificio de la Safona se ubicaban el resto de las aulas y la vivienda de la comunidad.

La Guerra Civil truncó esta trayectoria. Las monjas, ante el peligro que corrían, se trasladaron a Tortosa ayudadas por la gente que las apreciaba. Pero cuando acabó la contienda, regresaron. El colegio no presentaba las condiciones más adecuadas, por lo que algunas familias las acogieron hasta que de nuevo pudiesen vivir en el colegio.

Las clases se reanudaron el 22 de septiembre de 1938 y muchas personas colaboraron para recuperar todo lo que se había perdido durante el tiempo de la guerra y ayudar a comprar lo que se había estropeado. Como el colegio estaba muy deteriorado y no había suficientes medios para poder arreglarlo, las Hermanas y las alumnas prepararon veladas teatrales para obtener fondos y reparar lo más urgente, relatan desde el centro.

Años de esfuerzo

A pesar de todo ese esfuerzo, el colegio seguía en condiciones precarias y era imposible acoger a todo el alumnado, así que se trasladó a otro colegio nuevo, situado en El Pla, donde ahora se ubica el actual edificio de la Caja Rural. Con el tiempo ese edificio, según recuerdan, también se quedó pequeño, se hizo viejo y las leyes de educación exigían un edificio más grande. Era el año 1974. Las Hermanas mostraron su preocupación al no poder hacer frente a una nueva reforma «y con mucha pena decidieron que tenían que dejar el colegio e irse de Onda». Así se lo comunicaron al señor alcalde y al señor cura, y después se lo dijeron a los padres de las alumnas.

Pero los ondenses lo impidieron. Buscaron una solución y la encontraron. Las familias del colegio asumieron la responsabilidad del nuevo colegio, pues deseaban que sus hijos tuviesen una educación cristiana. Se buscó un solar, las familias aportaron dinero y empeñaron parte de sus bienes. Se constituyeron en cooperativa: Cooperativa Madre María Rosa Molas, y empezaron las obras. El colegio tardó varios años en construirse y fue en el año 1983 cuando tuvo lugar el traslado al nuevo colegio, situado en Metge José Llidó. Con los años, el colegio fue para niños y niñas y desde los tres años hasta los dieciséis y, aunque desde 2011 ya no hay comunidad religiosa de la Consolación en Onda, el espíritu de Mª Rosa sigue vivo en el colegio.