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Entrevista

«Se dedica poco tiempo al cuidado personal, especialmente quienes tienen familia y trabajo»

El profesor de Derecho Santiago Garcia Campà será uno de los ponentes en el congreso «Nuevos usos del tiempo»

¿Qué valor tiene el tiempo? ¿Organizamos bien nuestra dedicación al trabajo, la familia o el cuidado de uno mismo? El congreso «Nuevos usos del tiempo» que se celebrará los días 29 y 30 de noviembre en Vila-real analizará estas cuestiones. Entre sus ponentes está el profesor de Derecho de la UJI, Santiago Garcia Campà.

¿Qué nuevos usos del tiempo hay?

Las demandas están creciendo fruto de la complejidad social: conciliar la vida personal, familiar y laboral, el movimiento «slow» y, al mismo tiempo, la exigencia de instantaneidad, la racionalización y sincronización de los horarios, la disponibilidad de un periodo sabático (year off), entre otros muchos.

¿Qué problemas provocan los usos del tiempo?

Podemos apreciar desde cosas sencillas, como la desesperación que provoca el tiempo para llegar al trabajo, hasta otras complejas, como el tiempo a lo largo de la vida, por ejemplo, la diferencia entre la escasez de tiempo durante la vida laboral y su exceso durante la jubilación. También se está extendiendo una percepción acelerada del tiempo: cuando el móvil tarda más de un segundo en abrir una aplicación es lento; si tarda dos buscamos uno nuevo. Lo peor es trasladar estos parámetros a la realidad.

¿A qué le dedicamos menos tiempo y deberíamos ampliarlo?

Sin duda al cuidado personal, especialmente en quienes tienen familia y trabajo. Cuando hablamos de los derechos de conciliación están muy presentes para la vida laboral y familiar, pero muy poco para la personal. Esta demanda crecerá inevitablemente y entrará en conflicto con las otras dos, porque el tiempo es finito.

Qué factores influyen en la distribución del tiempo?

Los factores son múltiples: económicos, tecnológicos, culturales, políticos, etc. Sin duda, uno de los más relevantes es el sexual. Por ejemplo, los datos siguen mostrando que las mujeres son las que dedican más tiempo a tareas de cuidado, lo que se lo resta de las profesionales o de ocio. El económico también es esencial. Por ejemplo, la capacidad de «comprar» tiempo a otras personas para incrementar el personal.

¿Las jornadas laborales demasiado largas influyen en nuestra calidad de vida?

El problema de las jornadas interminables es crónico en nuestra cultura laboral, cuando el reto es la eficiencia: conseguir los objetivos marcados por la empresa dentro de la jornada laboral, no fuera de ella. Su impacto en la calidad de vida es directo: el estrés lo demuestra. Existen soluciones para racionalizar el tiempo de trabajo desde hace al menos treinta años, está en manos de las empresas aplicarlas, de la plantilla apoyarlas y de las administraciones incentivarlas.

¿Cómo podemos mejorar nuestra disposición del tiempo?

A nivel micro algunas recetas son sencillas: asignar tiempo a lo que verdaderamente importa, evitar su malgasto, sincronizar la planificación temporal personal y familiar? Una buena agenda es imprescindible. A nivel macro lo necesario es una agenda pública sobre los usos del tiempo.

¿Cuál sería la distribución más óptima para tener una vida feliz?

A partir de las ocho horas para el descanso, el resto depende de los satisfactores de felicidad en cada persona. Los estudios muestran que dedicar tiempo al ejercicio físico, escuchar música y hacer actividades sociales (charlar con la familia, amistades?) son una excelente inversión. Un trabajo satisfactorio también.

¿Deberían las administraciones actuar para equilibrar los usos del tiempo?

Las administraciones deben comenzar por ellas mismas, incentivando el rendimiento eficiente y facilitando el ejercicio corresponsable de los derechos de conciliación. También deben ser actores del debate público, sobre todo si aspiran a lograr ciertos cambios sociales que permitan un uso del tiempo más equitativo.

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