La aprobación de los presupuestos de la Diputación de Castelló inaugura una etapa de negociación y diálogo en la corporación provincial en la que el equipo de gobierno ha comprometido su palabra y el resto de la oposición ha validado el nuevo clima con una abstención que tiene más de gesto simbólico que de necesidad debido a que el Partido Popular ostenta la mayoría absoluta.

Tan solo Castelló en Moviment mantuvo la negativa a los presupuestos y según apuntó el diputado Iñaki Vallejo su voto en contra se debe a que se «prima» a determinados municipios por su filiación política y a una crítica hacia los convenios singulares que, en su opinión no cumplen la función para la que fueron creados que es la atención de emergencias.

Por su parte, Compromís, que fue el primero en abrir la puerta de la abstención debido a la «escasa eficacia de las enmiendas», según apuntó el portavoz Xavi Trenco, argumentó que «la función de la diputación debería ser la de ayudar a los municipios». Trenco, al igual que lo haría el portavoz socialista José Benlloch deslizó argumentos destinados más a su propio partido que a sus oponentes políticos y apuntó que la abstención se debía a la cobertura de las «necesidades mínimas» de los municipios y esgrimió que «es un momento y una decisión difícil». El portavoz de Compromís añadió que «lo fácil es el no, pero los alcaldes pedían algo más y valoramos la apertura de negociaciones por parte del equipo de gobierno».

En este sentido, el portavoz del PSPV, José Benlloch, consideró la abstención como «un punto de partida» y reconoció aciertos del equipo de gobierno como el descenso respecto a años anteriores de los convenios singulares y la eliminación de 23 líneas de subvenciones que simplifican la burocracia y aligeran la carga de trabajo de los funcionarios.

Benlloch desgranó como positiva la inclusión de reivindicaciones socialistas como los 120.000 euros para los conservatorios de Segorbe y Benicarló, entre otras, como ejemplo de logros obtenidos mediante la abstención de cara al debate en el seno socialista.

Por su parte, el presidente, Javier Moliner, agradeció el tono del debate y calificó de «histórica» la votación. «Son los mejores presupuestos de la historia porque recogen las aportaciones recibidas por los grupos», apuntó el presidente. Más allá, Moliner indicó que se había abierto el diálogo «por pura convicción, no por necesidad, lo que le añade más valor». Por último, el mandatario popular manifestó que con la negociación había salido de la «zona de confort» y confesó que «es más difícil gobernar con el voto de confianza que hoy se nos da».