Vila-real dio ayer de forma oficial la bienvenida a la época navideña con la celebración de una nueva edición de la tradicional Feria de Santa Catalina, una de las citas de este tipo más importantes de cuantas se celebran en la provincia y también en la Comunitat. En cifras, un total de 258 paradas con todo tipo de productos, principalmente los relacionados con las fiestas navideñas, llenaron ayer las calles del centro, pese al mal tiempo. El concejal de Economía, Xavier Ochando, recordó que este mercadillo prenavideño hunde sus orígenes en la feria otorgada como privilegio por el Rey Jaume I a Vila-real en la Carta Pobla de 1274.

«Santa Catalina es una de las ferias más importantes que se celebran en nuestras comarcas, tanto para los vila-realenses como para los vecinos de otros municipios», dijo el edil, que también recordó que la cita «es una de las tres fiestas de interés turístico de Vila-real que ha logrado posicionarse como feria de referencia en el ámbito autonómico e incluso fuera de nuestras fronteras».

Participación elevada

Las cifras de esta edición avalan la proyección de la feria: el consistorio recibió un total de 366 solicitudes para instalar paradas, de las que finalmente se aceptaron 258. De esta cifra, 84 puestos han sido gestionados este año por comerciantes locales, 71 procedían de otros municipios de la provincia, 80 de la Comunitat y 23 llegaron de otros puntos del país. En general, los vecinos y visitantes tuvieron ayer la oportunidad de degustar y adquirir productos relacionados con sectores como el de la alimentación, con frutos secos, turrones o castañas asadas.

También se instalaron numerosos puestos de artesanía, juguetes para los más pequeños o complementos de todo tipo.

Un año más, la solidaridad también estuvo presente en esta edición de la feria, con más de una veintena de puestos dedicados a dar a conocer la labor de diversas ONG y asociaciones. En ese sentido, el edil explicó que «hemos priorizado los puestos de productos típicos, antigüedades y entidades solidarias, colaborando también con otras concejalías para conservar y promover tradiciones tan nuestras como pueden ser la popular mocadorà, que se regala en estas fechas».

Pese al mal tiempo, durante toda la jornada la afluencia de público fue constante y fueron numerosas las personas procedentes de otras poblaciones que se desplazaron a la localidad.