Lo dice bien claro: «Emprendí la aventura de salir fuera para aprender e intentar escalar puestos en el fútbol porque en Castelló no me daban la oportunidad». Lo dice un chaval que llegó a jugar con el primer equipo del Castellón hace unas pocas temporadas, pero sólo en partidos de la Copa RFEF. Para Borja Vicent Garcés (Alqueries, 21 de agosto de 1994) todo empezó en verano de 2013. En el el conjunto albinegro le cerraron todas las puertas, como a decenas de chavales formados y curtidos en la cantera. Apostaron por gastar lo poco que tenían en la cartera, despreciando a su cantera.

Se fue a su pueblo, el Alqueries, entonces en Preferente. Dos temporadas allí vestido de gualdiazul. Luego probó fortuna en Inglaterra, en el Kempston Rovers. Allí estuvo la temporada 2014-15. En verano de 2015 firmó por el Villanueva Gállego, de la Tercera aragonesa. Y en agosto pasado, tras realizar una prueba de una semana en el Lealtad, fue llamado por el Numancia, para su filial. «El fichaje fue rápido. Dos días a prueba y tras un torneo que dijeron que sí, que me quedaba. Y aquí estoy, muy bien por ciento. Bien acogido por el club, por los compañeros y por la afición. En ese sentido estoy muy a gusto aquí en la ciudad», dijo el central alqueriense.

«El equipo es muy bueno y muy joven. Yo soy de los más veteranos. El Numancia B es un equipo ambicioso y queremos ascender a Segunda B si se puede, pero hay que ser realistas porque en este grupo de Tercera hay equipos con mucho potencial: Unionistas (de Salamanca), Cristo Atlético, Astorga o Gimnástica Segoviana, por citar a algunos», destacó Borja Vicent, uno de los fijos del conjunto rojillo de la capital soriana.

«Quiero seguir progresando. Trabajo y me esfuerzo al máximo para ir hacia arriba. Delante tenemos el primer equipo de Numancia. Vine con la condición de aprender y mirar al primer equipo. Está complicado, pero trabajo duro para ver si me llega la oportunidad», comenta el fornido zaguero del filial soriano.

Instalado lejos de casa, Borja Vicent dice que «echo en falta a la familia y también a los amigos. Es mi tercer año fuera de casa, así es que poco a poco me voy acostumbrado. Los compañeros también ayudan a que todo se lleve mejor». En su empeño de llegar a ser futbolista y vivir dignamente de este trabajo está. Falta que la suerte también le acompañe.

En su actual club lo está jugando todo. Salvo dos partidos de Liga ha participado en todos los encuentros y jugando prácticamente los noventa minutos en cada duelo, con un Numancia B que quiere dar guerra en su grupo.