Jaime Sanz y Pilar Bonfill, junto a sus hijos, Jordi y Jaime Sanz, son la familia que hay detrás del recientemente galardonado restaurante de cocina tradicional marinera «Casa Jaime» de Peñíscola con un «Sol» de la Guía Repsol 2017. La Asociación de Amigos de la Real Academia de Gastronomía y la Cofradía de la Buena Mesa son las dos instituciones que otorgan estos reconocimientos teniendo en cuenta la excelencia culinaria, la calidad de la materia prima y su ejecución, el respeto por la cocina de la región, su carta de vinos y el servicio de mesa y sala.

¿Es la primera vez que obtenéis una distinción de este tipo?

Nunca habíamos obtenido un «Sol», pero sí otras distinciones como el «Mejor restaurante de cocina tradicional de la Comunidad Valenciana» en 2013, el «Gallo de Oro» y una distinción de calidad por parte de la Conselleria de Turismo.

¿Cuál es el secreto del éxito de la cocina de «Casa Jaime»?

El «secreto» reside en un buen producto, en la experiencia de los cocineros y en contar con un buen equipo en la sala. Nuestra prioridad es que los platos conserven todo el sabor y esencia de los productos con los que son elaborados.

¿Qué cree que puede diferenciar la cocina que ofrece «Casa Jaime» de la de otros restaurantes?

En nuestro restaurante combinamos la cocina tradicional marinera con un toque de creatividad.

¿A qué se refiere con el término creatividad?

Intentamos mezclar la tradición con la innovación culinaria añadiendo nuevos platos a la carta como, por ejemplo, el carpaccio, cebiche o tartar.

¿Qué cualidades deben tener los productos con los que cocináis vuestros platos?

Sobre todo tienen que ser frescos y de temporada. A partir de los productos que obtenemos elaboramos nuestros platos, es fundamental que sean productos de calidad para que esta esté presente en cada uno de ellos.

«Casa Jaime» abrió sus puertas hace 49 años, pero ¿cómo nació la idea de emprender esta aventura hostelera?

Así es, corría el año 1967 cuando mi padre, que llevaba cinco años trabajando como marinero, decidió abrir un mesón en el casco antiguo de la ciudadela de Peñíscola. Era una tasca marinera donde cocinaba tapas tradicionales elaboradas con pescado y marisco recién salido de la lonja. Ya en el 1982, mis padres se mudaron hasta la ubicación actual, en la Avenida Papa Luna. A partir de ese momento cambiamos los manteles de papel por los de tela y las tapas básicas por un menú más elaborado.

¿Por qué cree que es tan importante mantener el sabor de los productos?

Es imprescindible, sobre todo para los que tenemos la suerte de vivir en una zona con productos naturales de calidad como es Peñíscola. Tenemos que aprovechar al máximo el potencial de los productos de km.O.

¿Podrías contar alguna anécdota vivida en vuestro restaurante?

Una de las cosas más curiosas es el «Arroz Calabuig», elaborado en honor a Luis García Berlanga, la película que lleva ese nombre y por supuesto, a su rodaje en Peñíscola. Este es el plato que nos ha dado renombre y nos ha dado a conocer como restaurante de cocina tradicional.

Por último, por qué decanta más ¿cocina tradicional o cocina de autor?

Me gustan las dos. Pero, personalmente, me quedo con la cocina de toda la vida. Esto es como todo, si sabes hacerlo, adelante. A nosotros se nos da bien la cocina tradicional, y es por ello por lo que apostamos por ella.