La política municipal es uno de los ejes donde los que los ciudadanos pueden sentir más de cerca cómo el sistema democrático afecta a su día a día y así lo pudieron sentir ayer el alumnado de seis colegios de Castelló que expusieron en un pleno infantil aquéllas mejoras que consideran necesarias para su entorno.

En este sentido, hubo pocos cambios respecto al funcionamiento de un pleno ordinario, tanto en el sentido de los parlamentos como en el comportamiento de los concejales por un día, como del público.

Los niños tuvieron la ocasión de reivindicar, perder el miedo a opinar y exponer las problemáticas concretas que les afectan, e incluso interpelaron a los concejales que se fueron acercando al plenario, como José Luis López, de Juventud y Bienestar Social, o la propia portavoz del equipo de gobierno y responsable de Cultura, Verònica Ruiz.

En cuanto a los paralelismos con un plenario normal, aquellos que se sentaron en la bancada de los concejales compartieron cuchicheos, contemplaron el escenario noble de la sala de plenos y por momentos atendieron a los discursos y a las contrarréplicas del concejal de Educación, Enric Porcar, quien ejerció de moderador, anotó reivindicaciones y encajó críticas con buen tono.

A destacar que al menos los niños no jugueteaban con los móviles durante el plenario, como sí acostumbran y sin excepciones los concejales del ayuntamiento con sorprendente patente de corso en relación a otras cámaras.

Lo que se refiere a las mejoras, destacó la intervención de Lucas, en representación del colegio Benadressa quien calcó la estructura discursiva de una intervención política al uso, con saludo a los ciudadanos incluido. En su alocución, reivindicó como un derecho los servicios que se ofrecen en el centro de la ciudad y para ello pidió mejoras en el transporte público y en el carril bici, así como la ampliación a los barrios periféricos de las estaciones del ´bicicas´. Además, hizo una defensa, compartida por el concejal Enric Porcar, de la oposición de su barrio al paso de la MAT, que roza en su trazado actual algunas viviendas de Benadressa.

El resto de demandas del alumnado se centró en la petición casi unánime por una ciudad más limpia, con multas a los dueños de los mascotas por no recoger los excrementos, así como mejoras en la habitabilidad de los espacios urbanos con medidas como la disminución del tráfico.