El contenedor de color marrón llegará a los hogares de Castelló durante este 2017, primero a través de un proyecto piloto que solo afectará a tres zonas concretas de la ciudad, pero con la meta de extenderse por todos los barrios a corto plazo. Es el sistema que ya se está implantando en otros municipios de la provincia, como Almassora o Vila-real, y que supone recoger selectivamente todos los residuos orgánicos que se generan en los domicilios, por lo que el 'marrón' deberá sumarse a la gama de colores que ya existen desde hace años en la ciudad para reciclar vidrio, cartones o plásticos.

El ayuntamiento licitó recientemente el proyecto piloto para la implantación de un sistema de recogida selectiva de fracción orgánica por unos 107.000 euros, lo que refleja que en esta primera fase se realizará una actuación en tres puntos concretos de la ciudad para ver cómo se asienta, cuál es la respuesta vecinal y qué aspectos se pueden mejorar. Esta fase durará 9 meses, los seis primeros para ir colocando los nuevos contenedores y otros tres para acabar de recabar datos y dar un diagnóstico definitivo.

Tres son los tipos de contenedores que va a aplicar el consistorio en este proyecto piloto: los más pequeños, de 240 litros de capacidad, que suelen instalarse en las calles del centro al ser más estrechas; los de 1.000 litros, que son los que cargan los camiones por detrás, y los de carga lateral, que pueden recoger unos 2.400 litros.

Tres distritos

Los de volumen más reducido están diseñados para el distrito centro y afectará a las viviendas ubicadas básicamente entre la calle Alloza, San Luis, Mayor, Gasset y Ruiz Zorrilla. Aquí se instalarán un total de 40 contenedores, estimándose una población de cerca de 4.000 habitantes.

El segundo tipo de depósitos marrones, el de 1.000 litros, está destinado para el distrito norte y serán unos 1.450 los ciudadanos que tendrán que participar de este proyecto piloto. En concreto, se colocarán 10 para las viviendas ubicadas entre las calles San Roque, Bernat Artola, Alcalde Tárrega y Ros de Ursinos.

Finalmente, nos encontramos con los contenedores de 2.400 litros, que están pensados para viales más amplios, como son los de zonas de expansión como el Raval Universitari, en el distrito oeste. En este caso se ha planteado colocar 6 en total para una población de unas 2.250 personas, que son las que se estima residen en la pastilla que marcan las calles Jesús Martín Marín, Paseo de la Universidad y Joaquín García Girona.

En total, estamos hablando de unos 7.600 castellonenses que tendrán que mentalizarse más a la hora de depositar en la basura todos los residuos que generan los hogares de la capital de la Plana en esta fase piloto. Desde el ayuntamiento insisten en que se trata de un paso necesario «porque constituirá una mejora medioambiental considerable». No obstante, en el proyecto redactado ya se reconoce que «será necesario realizar una intensa labor en materia de información y concienciación ciudadana». Con este proyecto piloto se pretende extraer datos concluyentes como tipología de residuos, frecuencia de recogida y otras variables que sirvan para un diseño global del servicio en toda la ciudad.

En los contenedores marrones deben depositarse los restos de comida, así como los vegetales de pequeño tamaño, como pueden ser flores o pequeñas ramas, También los residuos de papel como servilletas, pañuelos y rollos de cocina, bolsas de infusión, tapones de corcho, serrín, palillos o excrementos de animales.