La de Linda, un galgo atigrado de 8 años, es una de esas historias que por producirse en estas fechas parece estar cargada de almíbar para embellecerla, pero es tan real como la alegría de sus propietarios, vecinos de Nules, que en la madrugada del segundo día de Navidad recibieron una llamada de la Policía Local de Alaquàs, en la que un agente les informaba de que habían localizado a su perro malherido en una cuneta. Gracias al chip habían dado con ellos.

Muchos canes se pierden o son abandonados, pero la historia de Linda la hace especial: apareció el lunes después de un año de búsqueda, pero no lo hizo en cualquier sitio. Por razones que no tienen explicación, perdió las fuerzas en uno de los pocos municipios de la Comunidad Valenciana que cuenta con un servicio de gestión y recuperación de mascotas que funciona «los 365 días del año, las 24 horas del día», tal y como confirmó un agente consultado.

Maruja lo repite cada vez que relata la historia, «ha vuelto a casa por Navidad», en un tópico que para esta familia tiene más sentido que nunca. Porque un día de principios de diciembre de 2015, coincidiendo con una semana de vacaciones de su propietario, Emeterio, que nunca antes había estado más de un día sin verla, la galga aprovechó que Emeterio hijo había dejado una puerta entreabierta mientras realizaba sus tareas, para salir a buscar a su dueño. Pero no regresó, lo que era muy extraño, «conocía la zona, paseaba a diario por allí, por eso esperábamos que volviera más pronto o más tarde».

Gran dispositivo de búsqueda

Toda la familia se volcó en su búsqueda, cientos de personas les ayudaron a través de las redes sociales compartiendo su historia y dando pistas sobre posibles avistamientos, en Borriana, Sagunto?, aunque el más fiable se produjo en la Vall d'Uixó, en una zona a la que Emeterio acudió a diario durante meses por si un día, quizás el siguiente, reconocía su voz y aparecía. La resignación acompañó a la pérdida. Demasiados meses sin pistas hicieron pensar lo peor.

El mismo mes en que desapareció pero un año después, el destino decidió dejar la vida de Linda en las manos de una patrulla de la policía de Alaquàs. «Se desvivieron por darnos información, por explicarnos como estaba e incluso se ofrecieron a llevarla hasta un centro veterinario», donde el 26 de diciembre, a media mañana, Emeterio pudo recuperarla y devolverla a casa.

Linda estaba herida y muy débil. Según explicó el médico no llevaba extraviada mucho tiempo, lo que confirmó las sospechas iniciales de que alguien se la había llevado, suponen que para cazar, a pesar de que nunca antes lo hizo, era un animal de compañía.

No se sabe cómo, ni por qué, Linda acabó apareciendo en una cuneta donde su cuerpo dijo que no podía más, aunque unos policías dieron con ella y se propusieron salvarla. Tanto Emeterio como Maruja lo tienen claro, su galgo se ha salvado gracias a la intervención de la policía de Alaquàs, «a la que le podemos agradecer que estas sean unas navidades que nunca olvidaremos».

¿Todo es fruto de la casualidad?, ¿del destino? Solo la Navidad lo sabe. Pero Linda está por fin donde tanto se la ha echado de menos.