Hace pocos días el ayuntamiento de la Vall d'Uixó hacía pública su determinación de atajar la proliferación de pintadas y actos vandálicos en mobiliario y edificios públicos. Para ello anunciaban medidas contundentes contra quienes sean descubiertos realizando este tipo de atentados contra el patrimonio de todos. Aunque posiblemente, la medida más creativa y pedagógica se plasmará en un colegio, donde combatirán las pintadas con arte.

La concejala de Educación, Carmen García, recibió el año con un pequeño disgusto: el que le provocó descubrir que uno o varios desaprensivos se habían dedicado a pintar sobre algunos elementos de la fachada del colegio Eleuterio Pérez, frases, dibujos y garabatos. Su malestar y el de la comunidad escolar, no solo estribaba en el descubrimiento de las pintadas, que también, sino en el hecho de que el septiembre pasado se actuó en el conjunto de la fachada para mejorar su aspecto.

El primer paso tras el vandalismo fue ordenar la limpieza. En algunos elementos como los pilares era sencillo: reponer la pintura original sobre los garabatos. Pero gran parte de los muros exteriores del centro están acabados con caravista. «Los técnicos nos explicaron que hay un producto especial que podría eliminar la pintura, pero estropearía la piedra», explicó García. De tal modo, urgía una solución alternativa, que llegó de la mano de un grupo de artistas locales, una estudiante de Bellas Artes y dos graffiteros.

La intervención que se llevará a cabo en breve tiene un doble significado especial. Esta actuación no solo servirá para adecentar los desperfectos perpetrados por quienes no respetan el bien común, sino que además reivindicará la labor de los artistas callejeros que donde ven un muro, ven un diseño original, atrayente o transgresor al alcance de todos los públicos.

Hace unos días Beatriz, Edi y Leo se reunieron con la concejala de Educación y le ofrecieron una solución a su problema: lo llamarán Fusión, dado que se trata de complementar sus diferentes estilos en una creación «donde habrá degradación de colores, mandalas y figuras similares», aunque el detalle de su obra se conocerá en un par de semanas, cuando completen su propuesta y la trasladen al colegio «donde podrán hacer sus aportaciones antes de que se traslade a la fachada».

Transformar las escuelas

Aunque en este caso un acto vandálico ha forzado esta actuación con un carácter relativamente urgente, más pronto o más tarde el color estaba llamado a llegar a este colegio, como lo ha hecho ya en otros de la ciudad. Carmen García se ha marcado el objetivo de «transformar los centros escolares de la Vall», convirtiéndolos en «lugares especiales». Esta tendencia ya se estrenó en el colegio Rosario Pérez, con la decoración de la nueva aula de infantil, «en la que tuvimos la oportunidad de pintar las puertas de colores».

Poco a poco esa idea se ha ido trasladando a otras escuelas y el ejemplo más contundente se puede ver en el CEIP Sant Vicent, donde Edi ya confeccionó un graffiti que ha transformado la imagen del complejo educativo. Algo parecido se pretende conseguir en el Eleuterio Pérez. Para completar este proyecto se quiere contar con la implicación de maestros y alumnos. A través del proyecto Design for Change, impulsado por la Fundación Telefónica, 32 maestros recibieron formación en innovación educativa que se completará con la confección de su propio proyecto de innovación.