En abril de 2008, el conseller de Educación, Alejandro Font de Mora, el secretario autonómico de Universidad y Ciencia, Emilio Barberá, y el alcalde de Castelló, Alberto Fabra, viajaron hasta el estudio del arquitecto Frank Gehry en Santa Mónica, California, para proponerle el proyecto de construcción del rectorado de la Valencian International University (VIU), una entidad semiprivada de nuevo cuño.

Las noticias sobre las reuniones llegaban en pleno siglo XXI como si teletipos de ultramar parecieran y al final, el conseller anunció la buena nueva: «Gehry ha aceptado».

El proyecto proponía al arquitecto canadiense la creación de un edificio para el rectorado de la VIU en un solar de 11.0000 metros cuadrados cedido por el Ayuntamiento de Castelló en la zona del Hospital General y asociado al desarrollo del PAI Mestrets. El edificio pondría a la ciudad «en el mapa arquitectónico del mundo», según aseguraba Alberto Fabra. Semanas después, el equipo del arquitecto en Europa se reunió con el presidente Francisco Camps y una delegación visitó la ciudad de Castelló.

No obstante, nunca hubo proyecto porque tan solo dos años más tarde de paralizó «debido a la coyuntura económica actual», según respondió en el otoño de 2011 el Consell a la entonces diputada de Esquerra Unida, Marina Albiol.

Con Gehry fuera de escena y con las elecciones de mayo de 2011 a la vuelta de la esquina, la VIU había inaugurado en marzo su sede, pero lo hizo en un edificio de la calle Mayor de la ciudad de Castelló remodelado ex proceso con un coste de 933.000 euros.

La Valencian International University se definía como «la primera universidad española totalmente audiovisual e interactiva en internet y que permite interconectar a estudiantes y docentes convirtiendo la pantalla del ordenador en una verdadera aula universitaria».

El programa educativo arrancó pero nunca llegó a cubrir las expectativas de llegar a los 5.000 estudiantes. De hecho, en 2013 registró 535 alumnos para 85 profesores en plantilla.

Siguiendo con el pinchazo de la burbuja, la Generalitat vendió el 70% de las acciones al Grupo Planeta a principios de 2014. El grupo editorial despidió a nueve trabajadores, cinco en Valencia y cuatro en Castelló y desvinculó su sede de la capital de la Plana. En paralelo, la Generalitat, que con el 30% restante estaba encargada de gestionar la Fundación VIU, cambio los estatutos y la denominación, pasando a ser la Fundación de la Comunitat Valenciana para el Fomento de los Estudios Superiores, a través de la que gestiona los créditos-matrícula de los alumnos y promociona estudios de postgrado.

De hecho, es esta fundación de nueva nomenclatura quien ocupa actualmente el edificio de la calle Mayor, número 91, en pleno centro de Castelló y que está a la espera de un nuevo uso.

La Generalitat y el Ayuntamiento de Castelló anunciaron la semana pasada la creación de una comisión mixta para desarrollar el Plan de Activación de Inmuebles y este edificio de la calle Mayor es uno de los más atractivos para ubicar proyectos, junto al antiguo Palacio de Justicia de la plaza Borrull.

El consistorio castellonense ha hecho llegar su interés por dotar de contenido el edificio, pero de momento, fuentes del ayuntamiento aseguran que no se le ha asignado un proyecto integral, aunque confirman el interés por su ubicación.