A pesar de que el Ayuntamiento de Benicàssim anunciase que el cocinado de las paellas en la calle quedaba suspendido, un grupo de amigos decidieron hacer frente al mal tiempo y quisieron sacar todos sus enseres culinarios a la calle para cocinar, como cada año, su paella. Entorno a la 13 horas comenzaron a encender la hoguera, que colocaron encima de la acera para no impedir el acceso a la calle García Sangüesa en caso de emergencia.

Pero, a pesar de tomar las necesarias medidas de precaución, y de realizar una hoguera de pequeñas dimensiones, agentes de la Policía Local «aguaron» todavía más la fiesta, obligando a apagar la hoguera.

Pero los problemas no acabaron ahí ya que, después de dos advertencias de la policía, el grupo de amigos fueron a por una bombona de butano para cocinar la paella dentro del local, «pero como no hemos apagado la hoguera cuando han vuelto nos han puesto una infracción por desobediencia», indicaron los jóvenes que acabaron la fiesta dentro del local, pero con un poco mal sabor de boca.