Las anteriores obras en la variante de la Vall d'Uixó sacó de este tramo -de siete kilómetros- al 23 % de su tráfico habitual. Un 16 % apostó por utilizar la N-340 entre Almenara y Nules, que colinda con el trazado de la autovía afectado por las obras, mientras un 5 % optó por la autopista. Los cortes de dos de los cuatro carriles generaron un fuerte malestar en los municipios de la zona sur de Castelló. Siete localidades de la Plana Baixa suscribieron un manifiesto en el que exigieron al ministerio una liberalización provisional de la AP7 mientras se prolongará la actuación en la variante. Esta medida también la exigieron la Generalitat, las Corts Valencianes y la Diputación de Castelló, pero Fomento se opuso aduciendo que el coste del rescate transitorio supera el de las obras. Cabe recordar que la concesión de la AP7 finalizará en 2019. El Gobierno central ha confirmado que no prorrogará la adjudicación, pero deja la puerta abierta a continuar con algún peaje. J. M. castelló