«Good night, and good luck» fue la manera de saludar durante los primeros tiempos de la televisión, allá por el año 1953 en América. Edward R. Murrow, desde el set de noticias de la CBS, desafía las presiones sobre la cadena del senador McCarthy en su cruzada contra los presuntos elementos comunistas que se le ponían por delante. «Buenas noches, bona nit», en cambio, fue la fórmula que utilizaba el locutor vilafranquino Vicente Miralles Troncho para dirigirse a la audiencia de la Televisió de Castelló hasta poco antes de morir en 2003. Él era, a su manera de self-made man, nuestro Murrow pero también nuestro McCarthy. Y es que el comunicador se había iniciado en el mundo del ciclismo, como buen rodador en escaladas por la provincia y exhibiciones en la avenida del Rei. Y, en paralelo, en el oficio de dependiente de Reverter, donde desarrolló su don de gentes con la clientela. Un don que también desplegó en su faceta de empresario de la discoteca Tebaida de Benicàssim.

La cada vez más acrecentada popularidad doméstica le aupó hasta la presidencia de la Obra Atlético Recreativa,al cargo de delegado de la Federación Española de Fútbol y hacer sus pinitos periodísticos en el semanario Obra. Y de este modo, en un breve plazo, pasó de speaker de carreras e irrumpir en la sección de deportes de las emisoras de radio, como locutor. Así,aquel verbo fácil que desplegaba en los discursos de mantenedor de fiestas lo comenzó a emplear en las retransmisiones de su querido Castellón, hasta el extremo de considerarse un talismán para el equipo.

El día de la inauguración de Radio Cristal (de los Rato), el club albinegro juagaba contra el Castilla en el Bernabeu, Troncho comenzó la retransmisión animando a los oyentes. Pero cuál no sería el contratiempo que, avanzada la primera parte el rival marcó un gol. El periodista de Vilafranca pensó que no era una buena noticia -not news, bad news- y decidió posponerla. Luego pasó a un bloque comercial, tras el cual, había decidido que la audiencia debía conocer el 1-0. No obstante, un segundo gol del adversario se produjo durante el tiempo que sonaban los consejos publicitarios, de manera que tampoco parecía un buen plan soltar en antena que el Club Deportivo iba perdiendo y retrasó el momento de la verdad hasta el final del encuentro, cuando, ya sin remisión, comunicó el resultado y su excusa: «disculpen, pero no quería darles este disgusto: el Castellón ha perdido 2-0».

Tras una discreta carrera radiofónica, el momento de máxima popularidad a Vicente Miralles Troncho le llegó cuando hizo su aparición en la pequeña pantalla de Televisió de Castelló, la cadena de Ramón Emo. En breve plazo de tiempo, su programa de quejas vecinales «Hilo directo» lo consolidó como líder de opinión. Desde este espacio, él lanzaba su saludo bilingüe y sus peroratas, siempre condescendientes con el poder popular y de reprimenda a la oposición progresista. Algunas noches, para hacerse acompañar, colocaba un busto de Franco, que decía que le habían regalado unos vendedores de chatarra del rastro de Valencia.