El equipo de gobierno de Castelló ha finiquitado la figura del ermitaño de la Magdalena, ha destituido al que ha sido su morador desde 2001, el exconcejal del PP, Miguel Ángel Mulet, y ha transformado este puesto en un título honorífico que reconocerá a alguna persona o colectivo que se ha significado por la cultura o la fiesta de la ciudad. Este nuevo cargo dejará de tener un uso exclusivo de la vivienda de la Magdalena, que será abierta a la ciudadanía. El ayuntamiento plantea su conversión en un centro de interpretación del Castell Vell.

El concejal de Ermitas, Enric Porcar, ha optado por reestructurar el cargo de ermitaño de la Magdalena, un puesto sin remuneración que se remonta a los primeros años del siglo XX. El consistorio entiende que no tenía sentido su existencia cuando el ermitorio es un espacio público y su mantenimiento depende del ayuntamiento. Además, gozaba de una vivienda que, pesar de formar parte de la Magdalena, tenía un disfrute particular.

A partir de ahora, el ermitaño será un reconocimiento honorífico con una duración de un año. En este ejercicio este título será ostentado por las comisiones de gaiatas.