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El bar más «Urbano» de la ciudad de Castelló

La familia Grau-Adell impulsó el negocio en los años 60 y, actualmente, sus cuatro hijos siguen con la gerencia en un renovado y curioso local, en pleno centro de la ciudad

El bar más «Urbano» de la ciudad de Castelló

Si hay un bar singular en Castelló, ese es el Bar Urbano, tanto por su estética arquitectónica como por su variada oferta para «echar un bocado». El negocio arrancó en los años 60 cuando Urbano Grau y su mujer Ascensión Adell decidieron ganarse la vida en la hostelería. Ahora son su cuatro hijos -Ángel, Alfredo, Gerardo y Sergio- quienes han seguido con la gerencia hasta la actualidad.

El bar es conocido por sus «pitos» variados (pequeños bocadillos) que hacen las delicias de sus clientes, principalmente, trabajadores y gente del barrio. Los hacen de todas las clases: atún, salmón ahumado, queso fresco, sobrasada y queso, bacon,... «Es lo que más piden para almorzar», explica Ángel Grau. Además, cuentan con una amplia carta de tapas tradicionales -sepia, ensaladilla rusa, pulpo a la gallega- y recetas exquisitas que solo se pueden encontrar en este sitio. Por ejemplo, la exquisita ensalada alemana con patata, manzana, pepinillo y salchichas de Frankfurt.

Además, hacen unas exquisitas croquetas de jamón y pollo, de bacalao y albóndigas. «Son la especialidad de la casa», añade Ángel. Otra de las especialidades de la casa son los «chimos urbanos» que se hacen los miércoles y los jueves. «Solo los hacemos dos días y la gente viene expresamente esos días para llevárselos porque dicen que los hacen muy buenos», dice uno de los hermanos.

El Bar Urbano de Castelló debe su nombre al impulso del negocio, Urbano Grau. Este castellonense abrió la taberna por primera vez en los años 60 con su primer hijo apenas tenía cuatro meses y, entonces, el negocio estaba justo en la acera de enfrente. «Allí teníamos el bar y vivíamos arriba de alquiler. Un día nos dijeron que la casa se tenía que tirar y nos compramos el local en el que estamos ahora. Nos venimos aquí en el año 1974», rememora Urbano Grau.

Pero el cambio más significativo llegaría en los años 90 de la mano del arquitecto Fernando Calduch quien, al ver la estructura y las dimensiones del edificio, se le ocurrió la idea de darle la apariencia de autobús. Hasta la terraza tiene forma de parada. Es por esta genial idea que este sitio es uno de los más visitados por los turistas ya que, además, suele aparecer en todas las guías de Castelló de la Plana.

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