Que la Vall ofreciera una experiencia turística única en toda Europa era el mejor pronóstico de éxito; que el primer día en que se pusieron a la venta las entradas para recorrer las Coves de Sant Josep en kayak, la web recibieron más de 1.500 visitas en una hora fue la constatación definitiva. Ayer se inauguró esta nueva modalidad con una perspectiva de continuidad halagüeña, dado que los cuatro grupos previstos para la próxima semana también están completos.

Jorge García, el concejal delegado de Emsevall, la empresa municipal que gestiona les Coves, aseguró ayer que no estaba sorprendido por la excelente respuesta porque «desde que presentamos el proyecto en Fitur ya empezamos a recibir mensajes de gente interesada, incluso en la feria ya hubo personas que se acercaron para conocer los detalles».

A las 16 horas las seis primeras personas se preparaban en los accesos al río subterráneo con la emoción propia del que sabe que va a ser el primero. Más si cabe si se tiene en cuenta que la intención del consistorio es que esta sea una experiencia «exclusiva y única, respetuosa con la necesidad de preservar el entorno», de ahí que se tenga muy claro que en ningún caso será una visita al acceso de cualquiera.

De hecho, las horas y días de visita serán limitados, así como el número de personas que podrán participar en cada uno de los turnos, no solo para proteger el interior de la cavidad, que sería la razón de más peso, sino también «porque dependemos de los monitores de espeleología y kayak, que pueden pasarse un tiempo determinado en el interior».

Con todo, quienes tengan la oportunidad de formar parte de una de estas visitas tan específicas, «lo van a disfrutar plenamente», no solo por la particularidad de introducirse en el río en un kayak y poder navegarlo libremente, bajo la supervisión de los guías, sino porque «no hay una limitación de tiempo, pueden estar dentro desde una a dos horas».

En cualquier caso, la puesta en marcha de este nuevo servicio turístico no es definitivo en cuanto a horarios y días. A medida que se vaya desarrollando esta nueva práctica, más deportiva y selectiva, se irá adaptando a las posibilidades para que sea un producto «de excelencia turística», según Jorge García.

Los nervios y la ilusión de la primera vez se palpaban en todos los protagonistas, en los monitores, los visitantes, los representantes municipales y el personal que gestiona el paraje, seguramente porque todos eran conscientes de que estaban viviendo un momento histórico que, de seguir como hasta ahora, dará un impulso diferente a un recurso turístico que sigue mejorando sus cifras ya que, aunque es temporada baja, según destacó Jorge García «estos días no ha sobrado ningún turno».