El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, respaldó ayer el proyecto de recuperación de la Real Fábrica del Conde de Aranda de l'Alcora con la finalidad de proyectar una «nueva imagen» de la localidad a través de su tradición en el sector cerámico.

Así se expresó el jefe del Consell, después de visitar el Museo de la Cerámica de l'Alcora y conocer el proyecto del consistorio para la Real Fábrica, unas instalaciones con 300 años de historia que, como señaló, son sinónimo de «la modernización y la posición de vanguardia de l'Alcora y de una parte muy importante de la Comunitat Valenciana» durante el siglo XVIII.

En este sentido, señaló que el ayuntamiento tiene el objetivo de trasladar y transmitir estos mismos valores a la actualidad, volviendo a «las raíces» y a la tradición cerámica del municipio. «Creo que tenemos una gran oportunidad para volver a situar l'Alcora donde se merece», indicó el presidente de la Generalitat.

Por ello, el Gobierno valenciano se ha comprometido a «participar en las ayudas para la rehabilitación» y a consolidar este «gran proyecto futuro» gracias, según Puig, a la «potencia» del sector cerámico y su «enorme dimensión internacional».

El edificio de la Real Fábrica del Conde de Aranda de l'Alcora cuenta con más de 300 años de historia y es uno de los pocos ejemplos del desarrollo industrial de España y de la Comunitat Valenciana en el siglo XVIII. En esta factoría se produjeron, con técnicas avanzadas a la época, piezas de cerámica que actualmente se conservan en museos de todo el mundo.

Las acciones de recuperación de los espacios originales de la Real Fábrica comenzaron con la adquisición, por parte del ayuntamiento, de una primera parcela de 440 metros cuadrados en octubre de 2016. Posteriormente, en sesión plenaria, se acordó la adquisición de otra parte del solar, de más de 3.500 metros cuadrados, cuyo valor más destacado es un conjunto de tres hornos de finales del siglo XVIII.