El pasado 26 de junio de 2016 Jesús Tena, vecino de Vilafranca, decidió no presentarse a la mesa electoral para la que había sido designado como vocal. Días atrás enviaba una carta a los medios de comunicación en la que explicaba su negativa a participar como miembro de la misma. También envió una misiva a la Junta Electoral de Vinaròs alegando «razones ideológicas» para no estar pesente en la jornada de elecciones generales. La Junta Electoral le denegó su petición. Algo más de medio año después Jesús Tena se enfrenta a una petición de multa de 5.500 euros por no haberse presentado en la mañana del 26 de junio en el colegio electoral de Vilafranca. Hoy, en el juzgado de Vinaròs, se celebrará el juicio.

En declaraciones a Levante de Castelló Jesús Tena apunta que «reivindico la libertad de decidir no participar en este sistema electoral».

Hasta la fecha ha recibido el apoyo de amigos, familiares y miembros de «La Verduleria, Espai Comunitari Autogestionat» de Castelló.

Tena se mantiene firme en sus convicciones. «No creo en este sistema en el que tan solo se nos llama a participar cada cuatro años. Creo en una democracia directa, participativa, horizontal y asamblearia en la que participemos en la gestión de todos los asuntos y que no decida por nosotros una clase política minoritaria».

Apunta que no pertenece a ningún colectivo y que tenía claro que, en caso de ser llamado a una mesa electoral, iba a tomar la postura que adoptó en las elecciones generales de 2016. Lamenta que la objección de conciencia tan solo estuviese vigente para el servicio militar y no lo esté en los procesos electorales. Relata que en su día intentó no figurar en el censo electoral de su localidad, Vilafranca, pero que le indicaron en el municipio que esta demanda no se podía satisfacer.

Hoy a las 10.45 está citado en los juzgados de Vinaròs. Junto con su abogado es consciente de que «tenemos todas las de perder» ya que en casos semejantes los objetores de conciencia o insumisos han sido condenados. Las peticiones de pena de la fiscalía son variadas en casos semejantes. Desde 8.100 euros que finalmente acabaron en 900 tras un pacto con la fiscalía hasta peticiones de nueve meses de prisión. En ocasiones la fiscalía ofrece a los acusados como él un pacto para reducir la multa, pero Tena ha decidido llegar hasta el final con sus principios.

Defiende la libertad ideológica

Pese a la presumible condena el villafranquino sigue defendiendo la «libertad ideológica para decir no». Apunta que los últimos meses ha sido difíciles para sus familiares y amigos por la presión a la que ha sido sometido tras tomar «en conciencia» la decisión de no participar en el proceso electoral.

«No quiero ser cómplice y colaborar lo menos posible con este sistema político sustentado en la violencia, las guerras, la explotación y la dominación de unas personas sobre otras y la destrucción del medio ambiente» alegaba en la carta en la que manifestada su insumisión insistiendo en que «hace falta dar la espalda a esta falsa democracia en la que una minoría de privilegiados gobierna a una mayoría de gobernados excluyéndonos de la participación política y de todos los procesos decisorios que nos afectan como personas de esta sociedad (...) La participación en las mesas electorales debería ser un derecho y no una obligación. El que sea una obligación es un indicativo del desafecto y poco apoyo popular al sistema electoral, que necesita recurrir a la coacción bajo penas de prisión o multas y en el mejor de los casos remunerando los cargos. De no ser así muchas mesas electorales no se podrían constituir el 26 de junio».

Hoy un juez del sistema con el que no comulga dictará sentencia a la objeción de conciencia de Jesús Tena.