Una última sentencia del Tribunal Superior de justicia ha vuelto a poner en el disparadero a la zona gastronómica de las tascas de Castelló. Ernesto Bou, propietario de uno de los locales (la Oficina) no se fue por las ramas en una reciente entrevista en Cope Castelló y apuntó el pago de posibles «mordidas» en la construcción de un aparcamiento de la zona.

El responsable de la Oficina señaló que una de las motivaciones del proceso judicial, impulsado por la asociación de Castelló Sense Soroll, se debe al citado aparcamiento (situado en la calle Isaac Peral). Refiriéndose a este proyecto, el propietario de esta tasca afirmó que «podríamos estar hablando del caso Tascas, como está Gürtel; el día que se desclasifiquen documentos veremos las mordidas que hay por ahí, en el parking», reiteró Bou, que en antena admitió su enfado con la causa judicial iniciada por Sense Soroll.

Además del parking, incidió que detrás de la causa judicial hay «intereses inmobiliarios», y denunció que la batalla de Sense Soroll continuará aunque se pague más alquiler o se insonoricen viviendas. «En la calle Barracas no hay vecinos, y en Isaac Peral sólo está el hermano» de Pedro Monfort, presidente de Sense Soroll, reiteró Bou, que afirmó que el objetivo de este colectivo es desalojar a uno de los negocios de las tascas de Isaac Peral.

El exvicealcalde, Enric Nomdedéu, ya señaló hace un año que el origen del pleito se encontraba en el citado parking , recordando que la licencia se aprobó en 2004 con Alberto Fabra de edil de Urbanismo y que la arquitecta del mismo fue Cristina Fortanet.

A pesar de las declaraciones de Bou, desde las tascas intentan iniciar un diálogo con Sense Soroll para negociar un acuerdo. La oferta lanzada ayer en L evante de Castelló por el propietario de la Guindilla, José Romero, fue respondida afirmativamente por Sense Soroll. Según su presidente, Pedro Monfort, la junta directiva de la asociación está dispuesta a sentarse en una mesa con el ayuntamiento y las tascas.

Sense Soroll ya ha mantenido negociaciones con el ayuntamiento sin éxito, ya que el objetivo es prohibir la venta de bebidas alcohólicas en la calle, mientras el consistorio defiende esta singularidad de las tascas. De hecho, hay una ordenanza municipal que regulariza la posibilidad de que se consuma en las calles de las tascas, una normativa que fue aprobada en el pasado mandato por todos los grupos municipales con representación,

Desde las tascas reclaman a Sense Soroll que se les permita expender en la vía pública hasta al menos las diez y media de la noche. La Guindilla añade con se podría cambiar el acceso al aparcamiento de Isaac Peral desde la calle Vera para garantizarse entrada los días con más afluencia de gente. Las posturas entre ambas partes se encuentran alejadas, pero la reunión a tres bandas puede ser un primer paso para desencallar un conflicto judicial que perdura casi una década.

La última resolución judicial impide beber en las calles Barracas e Isaac Peral a partir de las 22 horas. A partir de ese momento y hasta las 23, hora de cierre que establece la declaración de ZAS, los clientes podrán continuar en el interior de los locales de Barracas o Isaac Peral o en las terrazas de la plaza Santa Clara.