Tras una temporada en la que los controles del agua detectaban restos de un herbicida prohibido por sus efectos en la salud humana, el concejal de Servicios Públicos de Vila-real, Francisco Valverde, confirmó ayer que «después de un año sin que se detecte ninguna traza de bromacilo, era el momento de hacer pública la calidad del agua potable».

Según Valverde, en los controles que se realizan mensualmente en los pozos que suministran de agua a la ciudad, en los que se analizan hasta 89 elementos distintos «ofrecen una calidad óptima», lo que dejaría patentes dos evidencias. Por un lado que en su día el equipo de gobierno tenía razón «cuando dijimos que la detección del bromacilo era una cuestión coyuntural y que era cuestión de tiempo que desapareciera» y por otra, que Vila-real no necesita recurrir a la reserva que le corresponde del Consorcio de Agua del Millars, un total de 2 millones de metros cúbicos de los que sólo se han utilizado en el último año 31.000 litros.

Paco Valverde recordó que los once municipios que forman parte del Consorcio tienen derecho a un porcentaje de los 8 millones de m3 que puede suministrar el Millars para consumo humano, «que se calcula a partir de la población». Cada año, los ayuntamientos tienen que pagar unas cuotas por pertenecer al consorcio, así como por el agua que consumen, de ahí que el saldo para Vila-real vaya a ser positivo, alrededor de 29.000 ? que se restarán de las próximas cuotas que el municipio debería aportar.

Esta situación es posible porque la ciudad cuenta con cuatro pozos: el de la Basa del Poble, el de Amorós, Curt de Carinyena y Reg nou, con una calidad «óptima» para el consumo, de los que solo se utilizan a pleno rendimiento los dos primeros, dado que de los dos segundos solo se utiliza un 10% de su capacidad. Y esto ha sido posible «sin tener que construir las dos plantas de tratamiento que pidió el Partido Popular cuando se detectó la contaminación por herbicidas», y se decidió apostar por una solución alternativa que «se ha demostrado que era la adecuada», mezclar el agua de los pozos con la del Consorci durante un tiempo.

Valverde recordó que esas dos plantas habrían costado al municipio unos 368.000 ? cada una «para que ahora estuvieran paradas». Así, la intención del consistorio es «continuar en la línea de seguir funcionando con los cuatro pozos», sin recurrir a las aguas del Millars salvo que fuera imprescindible. De este modo Vila-real cuenta con una reserva de 1.963.000 m3 que le pertenecen «y no pueden ser utilizadas por otro municipio».

Consumo de otros municipios

El edil explicó que otros municipios como les Alqueries o la Vilavella, que consumen entorno al 200% de la reserva que les corresponde «y por lo tanto deben pagar más por ello». De los once municipios consorciados, solo cuatro consumirían por debajo de las reservas que tienen adjudicadas, Vila-real, Onda, Burriana y Nules. El resto consumirían por encima del 100% de lo que les corresponde. Este sería el caso, por ejemplo de Alqueries, que al consumir un 208% más, tendrá que hacer frente a un importe adicional de 19.858 euros.

Respecto a la descompensación en el consumo entre unos municipios y otros, Valverde insistió en que la reserva de cada uno «no puede ser utilizada por los otros» y que la reserva de agua está garantizada «incluso en épocas de sequía».