Los bares de las tascas de las calles Barracas e Isaac Peral aplicarán después de las fiestas de la Magdalena la última sentencia del TSJ que prohíbe la venta al exterior a partir de las diez de la noche.

La junta de gobierno local ratificó ayer esta resolución, informó la portavoz municipal, Verònica Ruiz, quien señaló que se ejecutará de la manera «menos agresiva» pero subrayó que la sentencia no tiene vuelta atrás al ser firme. Ruiz recordó que, según la misma, a partir de las 22 se podrá consumir sólo en el interior de los establecimientos. El fallo se aplazará a después de Magdalena, ya que en fiestas la ley permite el consumo en la calle como algo excepcional.

La concejala valoró, asimismo, la reunión mantenida el martes entre tascas y la asociación ciudadana de Sense Soroll, la primera organizada desde que empezó el proceso judicial hace diez años.

El impacto de la sentencia no es significativa ya que las tascas, según la ZAS, han de cerrar a las 23 horas, y , además, quedan fuera del mandato judicial las terrazas de la plaza Santa Clara.

Pero la preocupación tanto en tascas como en el ayuntamiento está ahora en un segundo procedimiento judicial que dirime la legalidad de la ordenanza municipal que regulariza que se pueda beber en el exterior de las tascas. El TSJ dio la razón hace un año a un recurso presentado contra Sense Soroll que sostiene que la normativa local de las tascas contraviene la declaración de Zona Acústicamente Saturada del espacio lúdico-gastronómico. El equipo de gobierno presentó un recurso de casación al Supremo, que tiene pendiente resolver.

Cabe recordar que el Alto Tribunal desestimó dos atrás una sentencia del TSJ que cuestionaba, a instancias de otro recurso de Sense Soroll, la citada ordenanza de Castelló por contradecir supuestamente la ley autonómica de drogodependencia. El Supremo entendió, en cambio, que la normativa cumplía la legislación. Sin embargo, Sense Soroll inició otra causa judicial.

El colectivo asegura ahora que si pierde no volverá a recurrir, pero entre los hosteleros hay inquietud por la resolución definitiva. Si el Supremo deja sin efecto la ordenanza, las tascas perderán su singularidad tradicional, es decir, que la gente pueda consumir en sus calles. Los locales deberían adaptarse en este caso para servir únicamente en su interior.

Los establecimientos plantean reclamar al Consell que revise la ley de drogodependencia, ya que sostienen que es más restrictiva que la regularización estatal en cuanto a horarios y ruido.