El concejal de Agricultura, Santiago Agustí, presentó ayer en comisión la ordenanza reguladora del Banco de Tierras Agrícolas, así como la creación del fichero de datos de carácter personal, que tiene como objetivo regular el cultivo de parcelas abandonadas a través de terceros. El Consejo Agrario Municipal ya conoce este documento que trata de frenar el abandono de los campos y la proliferación de plagas, erosión del suelo y degradación paisajística.

«Tenemos que frenar la pérdida de recursos rurales y una forma de hacerlo es esta cesión temporal del suelo que acerca al vecindario de Almassora la posibilidad de cultivar sus propios alimentos y mantener el uso agrícola tradicional de la huerta», incidió el concejal de Agricultura, Santiago Agustí.

La finalidad del banco es poner en valor las tierras agrícolas abandonadas o en previsión de abandono, posibilitar la ampliación de la superficie de las explotaciones, frenar la pérdida de superficie agraria útil y evitar situaciones de abandono de cultivos paliando, en la medida de los posible, los problemas agroambientales que genera.

Según figura en la futura ordenanza, el Banco de Tierras Agrícolas de Almassora será un registro administrativo de carácter público que está formado por parcelas aptas para la explotación agrícola cuyos propietarios hayan solicitado su inscripción. Dicho registro funcionará como un instrumento de puesta en contacto entre la oferta y la demanda de parcelas rústicas cultivadas o cultivables en el término municipal.

La cesión de datos personales de propietarios que soliciten la inclusión de parcelas en el Banco de Tierras será autorizada expresamente por aquellos que hayan trasladado la autorización al Consejo Agrario Municipal. Este órgano facilitará las fichas a los interesados en dar de alta su parcela en el banco.

El objetivo principal es informar y facilitar el contacto entre propietarios de parcelas y futuros cultivadores.