Desde el primer día, el entrenador valenciano llegó al Villarreal con una vitola de provisionalidad que, pese a los buenos resultados hasta el momento, no ha conseguido sacudirse de encima. O el Villarreal espera a alcanzar un puesto en Europa la temporada que viene para la decisión de renovar a Escribá o tiene la decisión tomada, lo que considerando el hermetismo del club, cualquier decisión pertenece al secreto del sumario.

Tanto Berizzo como Setién tienen una trayectoria que avalaría su contratación. Serían caros, dentro de lo que el Villarreal puede pagar, si bien no están en el ranking para aspirar a entrenar a alguno de los equipos considerados grandes así en España como en el resto de Europa.

A veces los rumores se confirman y otras no, porque lo que hay en juego son los intereses profesionales y las filtraciones no son precisamente inocentes. Los profesionales de la información les hacemos el juego porque así conviene a los titulares y los representantes de los profesionales juegan sus bazas. Están en su derecho de defender los intereses de sus representados, además de los propios y nadie puede negarles ese derecho. De ese modo, filtran una información interesada en la que sitúan a determinado profesional en un equipo, cuando en realidad están pensando en otro y resto de estratagemas, que cada cual ha de ganarse los garbanzos como sepa o pueda.

La otra gran preocupación aparente es la caída hoja a hoja, rama a rama, del árbol de la secretaría técnica del Villarreal. Desde la salida de Antonio Cordón, la sangría se está llevando por delante otros miembros, cuyas causas no conocemos por qué más allá de la curiosidad periodística. Pero como quiera que unos los forman y otros se los llevan tirando de chequera, lo que solo afectaba a la fuga de futbolistas se ha ido ampliado a otras especialidades, de modo que lo invertido en formación por parte de algunos clubes modestos rinde servicios en algunos de los poderosos, sin que exista compensación alguna para con el formador, que se sepa. Tal vez sería de interés gravar la rescisión contractual también para los técnicos, al menos como compensación a la inversión realizada.

Y una breve consideración respecto de la participación del Villarreal en el reparto de los dineros devengados por los diversos modos de explotación del fútbol, a lo que se sabe, de manera más justa, equitativa y beneficiosa para los clubes más modestos, teniendo en cuenta su clasificación en los últimos cinco años entre otros parámetros. La FIFA está estudiando alguna fórmula nueva para el reparto de dividendos, de modo que las ligas, especialmente la española, pudiera alcanzar un mejor nivel de competitividad. El dinero del fútbol no da la felicidad, pero ayuda que no veas.