Profesores universitarios y expertos en educación hicieron un llamamiento ayer a la necesidad de instruir a los maestros en la formación de valores y recuperar la parte ética de la formación de personas. Así lo manifestaron algunos de los ponentes que ayer inauguraron las jornadas «Castelló Educa» en un debate sobre cómo afrontar los nuevos retos de la escuela del siglo XXI, y que tuvo lugar en la Casa dels Caragols de Castelló. A este respecto, la profesora de Didáctica de la Lengua y Literatura en la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, Isabel Ríos, hizo alusión a la necesaria formación de los profesionales de la educación «en cosas generales que no caducan, que siempre sirven y que siempre son actuales».

Para la investigadora, las cuestiones generales tienen que «no se aprenden solo en los años de universidad». Se trata, según Ríos, de formación en «defender los derechos básicos, la igualdad, el compromiso social, la movilización, la necesidad de descubrir, la preocupación por lo sufre el de al lado, autonomía, la decencia, la ética, la estima por los demás, la capacidad de dialogar, etc...». Cuestiones todas estas que «no son nuevas pero han estado escondidas estos últimos años». «Ahora ha resurgido un movimiento en el que se nos presentan como una novedad en el sentido de que se vuelven a sacar del cajón en el que estaban escondidos», añadió Ríos.

Para la profesora, educar en estos valores «es mucho más difícil». «Podemos caer en la tentación de pensar que los retos están en los contenidos que se tienen que aprender, que también, pero sin este otro bagaje no se cambiará la educación. No habrá cambio si no ponemos énfasis en la formación personal de los alumnos».

Por su parte, el morellano Joaquim Dolz, catedrático de didáctica de las lenguas y formación del profesorado de la Universidad de Ginebra (Suiza), intervino a través de un vídeo en que resaltó lo que a su entender son los cuatro retos a superar en la educación del siglo XXI: la demografía, la digitalización, la construcción de valores y la desigualdad de género. Dolz explicó que, debido a la actual versatilidad de las fronteras, se hace necesario coordinar el uso de las diferentes lenguas «sin olvidar la lengua de origen». «Una educación plurilingüe que fomente las lenguas primarias, en nuestro caso el castellano y el valenciano», añadió el profesor.

Asimismo, hizo referencia a potenciar el uso de las nuevas tecnologías para el aprendizaje y no para el juego, como sucede actualmente. «Sobre todo porque algunas profesiones del futuro están estrechamente ligadas a las tecnologías», apuntó. En cuanto a la construcción de valores coincidió con Ríos al asegurar que una escuela sin valores «es una escuela coja». Por último, en relación a la desigualad de género apuntó a los «roles sexistas que desarrollan algunos adolescentes» que pueden desencadenar en episodios de violencia de género, «un problema muy importante».

Por último, también intervino la decana de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la UJI, Rosa Agost, quien instó a fomentar una mayor comunicación entre escuela y universidad y ha instaurar las prácticas de los estudiantes de magisterios desde el primer curso y en colegios de diferentes características.