La Confederación de Empresarios de Castelló se va quedando sin fuelle con el paso de las semanas. Ayer presentó su dimisión en la junta directiva el secretario general en funciones, Germán Belvis, y se dio de baja otra asociación sectorial (Anged). El primero alegó incompatibilidades con sus funciones en Ascer, donde también es secretario general, mientras Anged justificó su renuncia por su incorporación a la nueva autonómica que lidera Salvador Navarro.

La CEC, explicaron fuentes presentes, es consciente de que su entrada en la autonómica de Navarro comportaría su disolución. La representación empresarial de la provincia continuaría en un consejo territorial que carecería de estructura. Dicho modelo superaría el tradicional de provincial y reforzaría el peso de las sectoriales. Una de las organizaciones históricas de la CEC como Ascer ha confirmado su intención de integrarse en la propuesta de Navarro. Ayer se sumó Anged y otras entidades como el transporte y turismo estudian la posibilidad de integrarse en la organización que sustituirá a Cierval. Belvis procedía de Ascer, aunque ayer reiteró que su marcha no supone un abandono de la CEC sino que se produce porque no puede ejercer la secretaría general en dos patronales a la vez.

Diversas fuentes del empresariado de Castelló admiten que la CEC tiene cada vez más complicada su continuidad por el concurso de acreedores, el órdago de la iniciativa de Navarro y la marcha de su secretario general, pero su objetivo primordial, señalaron, en estos momentos es superar el concurso.

En la reunión de ayer, el abogado contratado por la CEC para afrontar el concurso recomendó la presentación de una plan de viabilidad porque explicó, según fuentes presentes, que la fórmula de la liquidación podría comportar responsabilidades personales en los integrantes de la junta de los dos últimos años. Señaló, añadieron las mismas fuentes, que probablemente el juzgado de lo mercantil opte por un procedimiento abreviado.

Así, la CEC descarta por ahora seguir la vía de la liquidación por el que ha optado Cierval. Aunque con el plan de viabilidad intentará alargar su vida, en el seno de la patronal, agregaron fuentes empresariales, se ve como algo casi irremediable su absorción en la nueva autonómica. La cuestión, agregaron, es que el tejido sectorial más pequeño de la provincia ve con recelos la iniciativa de Navarro al considerar que perderá representatividad. Por ello, aspira a contar al menos con una representación adecuada en el futuro consejo territorial que reemplazaría la CEC. La cúpula del sustituto de Cierval contaría con seis representantes de las provincias más otros seis de los sectores principales de la Comunitat Valenciana(uno sería Ascer).

Por otra parte, la junta valoró el hecho de que la fiscalía haya exculpada a la confederación empresarial en el presunto fraude de las subvenciones de los cursos de formación, que podría comportar una indemnización subsidiaria de 148.00 euros.