«La alimentación es muy importante. No es raro que nos interese». Así empezaba la charla que ofreció el pasado viernes en Almassora la pediatra Lupe Palau dentro de la programación del colectivo Mamare y en la que, bajo el nombre «Del pit al plat» abordó la alimentación infantil. Tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), y así lo recordó Palau, hasta los seis meses de vida, la leche materna es el alimento más adecuado y plenamente suficiente para nutrir al bebé. A partir de ese tiempo es cuando se incorpora la alimentación complementaria que, tal como dice su nombre, complementa la lactancia, aunque la leche sigue siendo el principal alimento. Pero, ¿cómo introducir los sólidos? A este respecto existen múltiples y variadas opciones. Y es que, ciertamente, «no hay una única manera de hacerlo», añade la pediatra.

Eso sí, se podría establecer unas directrices base que facilitarían la introducción de los alimentos. Uno de ellos sería, tal como apuntó la doctora Palau, considerar las primeras comidas como «la introducción a un nuevo modo de comer, y no como sustituto de la leche, y siempre teniendo en cuenta el entorno familiar y socio-cultural». «Además, el proceso será más fácil si se le ofrecen alimentos de forma calmada y positiva y se respetan las señales de hambre y saciedad del bebé», añade. La pediatra también reseña que la alimentación infantil está «íntimamente relacionada» con la adquisición de habilidades. «Es conveniente animar al bebé o al niño pequeño a que experimente con los alimentos, que utilice sus manos para llevarlos a la boca y que intente manipular los utensilios, así como favorecer que él se siente en la mesa con el resto de la familia», según la experta.

En cuanto a la manera en la que se presentan los alimentos, Palau apunta que «no es obligado dar al bebé alimentos triturados o papillas con cuchara». «Al bebé sano y con crecimiento y desarrollo adecuados que ya se sienta erguido y alarga las manitas hacia la comida se le puede ofrecer desde el principio alimentos blandos, enteros o chafados, para que el bebé los coja con toda la mano y se los lleve a la boca, estimulando así todos sus sentidos y favoreciendo la ensalivación y masticación, además de su autonomía», explica.

Riesgo de caries

La pediatra también señala que las papillas y los purés «no se ofrecerán nunca con tetina ya que aumenta enormemente el riesgo de caries y maloclusión oral y se favorece la aparición de obesidad, alteraciones metabólicas y digestivas al 'saltarse' la fase oral de la digestión, la masticación y la ensalivación del alimento».

La pediatra también habló sobre las precauciones a tener en cuenta en el primer año de vida y que comprende evitar los zumos y líquidos azucarados, no dar verduras ricas en nitratos, no añadir sal, azúcar o miel en sus comidas y no dar leche de vaca en los bebés que continúan tomando pecho a demanda, al menos cuatro tomas diarias.