El Almazora logró un empate que sabe a gloria, y no sin sufrimiento, que certifica la salvación ante un Silla que no se rindió nunca y que por lo incierto del resultado en todo momento fue un punto muy luchado, muy trabajado y sobre todo con mucho sacrificio, sacado ante un rival que no se jugaba nada pero que puso las cosas muy difíciles.

En el primer minuto del primer tiempo una ocasión de Bosch estuvo a punto de adelantar a los almazorenses. A partir de aquí se sucedieron las aproximaciones de los visitantes con algo de peligro, pero la buena defensa local y el control del juego por parte de los discípulos de Iván Medall tuvieron como resultado , junto con la buena labor de Rubén que la portería se mantuviera a cero.

Ambos equipos crearon peligro, aunque a los locales les faltó un poco de puntería en este primer periodo. El Silla tuvo su ocasión de oro cuando Carles en el minuto 37 tuvo un uno contra uno con el portero almazorense Rubén que fue capaz de parar un balón envenenado y resolver una situación bastante complicada.

En el segundo tiempo los locales no le perdieron cara al partido y tuvieron dos ocasiones muy claras que el portero Lucas con dos remates que le hicieron a bocajarro sacó dos paradas increíbles cuando ya se cantaba el gol. Tuvo el Almazora más poderío ofensivo que en el primer periodo. Mientras que la buena defensa local y un juego muy controlado del centro del campo hizo que el Silla prácticamente no gozara de oportunidades.