El refrán dice que uno no es de donde nace, sino de donde pace. Ese es el caso de Ramón Jiménez, nacido en Zaragoza pero que, desde los cinco años, reside en Castelló, donde ha desarrollado su profesión y ha formado su familia. Es médico endocrino, tiene 68 años y ha sido durante cuatro años gerente en el Hospital General de Castelló, y ocho director del Hospital de la Magdalena de la capital de la Plana. Actualmente está jubilado. Casado y con tres hijos, reside en el barrio XXX aunque se siente un vecino más de la calle Sant Blai. Allí es donde comparte una de sus mayores aficiones: los toros. Desde hace doce años preside el Club Taurino de Castelló, uno de los que más socios tiene en la ciudad, y ha sido reeligido para los próximos cuatro años.

Jiménez cuenta que su vinculación con esta tradicional calle está muy arraigada desde que empezó a formar parte de la junta directiva del Club Taurino. «La gente considera al club como un vecino más de la calle Sant Blai. Tanto es así que, un año, acogimos la imagen del santo durante las fiestas de la calle como un vecino más», recuerda nuestro protagonista. La calle Sant Blai conserva la esencia «llauradora» y es una de las calles de Castelló con más identidad y conocida por la celebración de sus fiestas, actos que refuerzan los lazos de vecindad. Se trazó en el siglo XVIII tras la expansión de los ravales, el de Sant Fèlix y el de la Trinitat y su nombre lo debe al patrón de Castelló.

Actualmente, el vial conserva su esencia de «llauraors» (en sus orígenes los vecinos eran trabajadores del campo) pero ha integrado a nuevos vecinos y entidades. Es el caso del Club Taurino de Castelló que desde el 10 de mayo del año 2003 tiene allí su sede. Además, el presidente, Ramón Jiménez, explica que, desde hace unos años, el local lo tienen en propiedad. Se trata de un edificio de tres plantas con dos salas de televisión, sala de juntas, un espacio para conferencias, oficinas y una biblioteca en proyecto. Como elemento destacable está la decoración que hace de este sitio un auténtico museo de la tauromaquia.

Jiménez recuerda su afición por los toros como algo familiar que pasa de padres a hijos. Recuerda como, antiguamente, acompañaba a su abuelo y su padre a la plaza para ver las corridas. «Como ahora se llevan los niños a ver el fútbol», apunta. Según el presidente del club, antes, la afición por el toro se colonizaba más en la figura de este club taurino de Castelló «que era muy potente» pero ahora cada pueblo tiene un club y la oferta de asociaciones taurinas está más diversificada. «No obstante, sigue siendo el club decano y el número de socios sigue siendo muy importante. Además, no todos los clubes pueden presumir de tener un local en propiedad», añade nuestro protagonista.

El local acoge «pequeños tesoros» como él mismo los califica, entre los que está el cartel de la inauguración de la plaza de Castelló en el año 1887 con Lagartjo y Frascuelo. «Tenía capacidad para 12.000 personas y por aquel entonces se decía que todo el pueblo de Castelló cabía dentro. Era una plaza que, por su proximidad a la estación de tren, competía con la plaza de Valencia. Esto hacía que desde los pueblos facilitaba que vinieran a ver los toros. Es historia de Castelló que no se puede ignorar, puede gustarte o no gustarte, estar a favor o estar en contra, pero ignorarlo, nunca, porque es un patrimonio de los castellonenses», narra nuestro protagonista.

El Club Taurino de Castelló también entrega la Divisa de Honor a la mejor ganadería y al mejor torero de la Feria de la Magdalena. En el caso del hierro, el club lleva dos años declarándolo desierto porque «consideramos que no ha habido un toro que reúna las consideraciones idóneas de bravura».

Entre las joyas también hay un espacio dedicado a las donaciones de pintores. En concreto, se trata autores que han colaborado con la portada de la revista oficial y que dona el original para el club, donde quedan expuestos. Entre estos autores está Melchor Zapata y Bolumar. El club también organiza la semana cultural en la que se incluyen actos como misas en honor a los socios fallecidos, concursos gastronómicos, conferencias, un festival de música y la tradicional exaltación del mantón de manila. Actos todos ellos que cuentan con una alta participación y refuerzan los lazos integradores entre los socios. Fotos de toreros de Castelló, toreros de fuera que han tomando la alternativa en Castelló, instantáneas del concurso de fotografía y capotes son otras de las joyas que esconde este club.