Las referencias a Benadresa desde el centro de la ciudad remiten a que se trata de un barrio de Castelló, pero en medio de la naturaleza. A pesar de las reivindicadas mejoras de las comunicaciones y en las frecuencias del transporte público, la experiencia de trasladarse hasta el barrio puede comenzar, es más, lo recomendamos, con un almuerzo en el Bar Los Cazadores.

Llegamos hasta Benadresa en una mañana fría de primavera con muy buenas referencias. Cuatro valientes combaten el fresco de la madrugada en la terraza, pero al acercarnos a la entrada, el run run de conversaciones y de vajilla nos confirma que el bar bulle de actividad en la hora del almuerzo.

Efectivamente, y a pesar de que se trata de un viernes, antesala del gran día de la tradición castellonense, quedan pocas mesas para ocupar y degustar las especialidades de la casa.

Cinco grandes cazuelas de barro se muestran en la barra y dan fama al tombet de bou, las manitas de cerdo, el pulpo, los callos, la anguila, el rabo...de cuyas informaciones al pedir referencias nos transmiten: «¿El Bar Cazadores? Buena comida, buenas raciones».

El establecimiento lo inauguraron los abuelos de los actuales gestores hace 28 años. Tras una reforma en 2007, Fe, la hija de los fundadores, y Bea, la nieta regentan el restaurante. Originalmente fue bautizado como bar Los 6 Hermanos, pero un cliente sugirió incorporar el término Los Cazadores, que han final se ha impuesto como denominación.

Además de las especialidades citadas, resalta el carajillo de tres pisos, que sorprende en un primer término, pero que enraíza con la tradición castellonense al incorporar en la base la bebida alcohólica, ron o cognac, con el café y con la crema que lo corona.

A pesar del traslado de la carretera de Ribesalbes, el bar sigue siendo referencia para transportistas, que aprovechan el amplio estacionamiento situado frente al bar. Y ya saben si hay que seguir la tradición de donde hay camiones, hay buena comida, sin duda Los Cazadores es una buena elección.