viver celebró el primero de sus días festivos en honor a San Francisco de Paula con el reparto de 3.000 raciones de la tradicional sopa de Santo de la localidad. Toda una tradición que se ha convertido en un auténtico ritual para viverenses y visitantes que no dudaron en acudir hasta el municipio con el fin de degustar uno de los platos más representativos del municipio. Este año, frente a las 45 calderas de años anteriores, la organización ha decidido hacer un total de 50 calderas y pasar a repartir de 2500 raciones a 3000. Los actos religiosos y una mascletà precedieron a una de las tradiciones más arraigadas, declarada fiesta de interés turístico local. Ana Monleón