Correos dejó de repartir ayer la correspondencia ordinaria en las costas norte y sur, así como en la zona de la ermita, de Vinaròs. La respuesta de los vecinos fue colapsar la oficina de Correos durante media hora, al ir a recoger en grupo más de medio centenar de vecinos la correspondencia que antes llegaba hasta sus domicilios.

Los vecinos de estas zonas de Vinaròs que no disponen de buzones concentrados pluridomiciliarios, dejaron de recibir el correo ordinario en sus domicilios desde ayer. De ahí que un grupo de vecinos se concentrara ayer frente las puertas de la oficina de Correos, en la avenida del país Valencià, a las diez de la mañana citados por la asociación de vecinos Migjorn.

Pasadas las 10.15 horas accedieron en fila al interior de la oficina para preguntar por si tenían alguna carta ya que, tal como se informó, quien no tenga buzones concentrados tendrán la correspondencia ordinaria en esta oficina.

Algunos de los vecinos salieron con correspondencia en las manos, como es el caso del secretario de la asociación Migjorn, Sebastián Fabregat, y otros con dos o tres cartas que antes les habrían llegado hasta sus buzones.

En estas zonas residen unos 6.000 vecinos, aunque muchos de ellos residen en urbanizaciones que sí tienen buzones concentrados en los accesos a la misma, por lo que no les afecta la medida adoptada por Correos. De ahí que los afectados sean vecinos que residen en adosados y viviendas unifamiliares.

Fabregat anunció que «el sábado volveremos a quedar, esperemos que sean más vecinos, a las once para ir a buscar nuestra correspondencia todos juntos y volver a colapsar la oficina».

El secretario de Migjorn y afectado por la medida adoptada por Correos, dijo que «el problema lo tenemos los vecinos y nosotros tenemos que resolverlo organizándonos y colapsando más veces este servicio, para que, al menos, contraten más gente en la oficina. Tenemos que venir más veces aquí todos juntos para pedir nuestra correspondencia y ejercer presión».

Medidas de presión

Asimismo, Fabregat dijo que no se descarta adoptar otras medidas de presión, incluso de ir a los tribunales, además de recordar que «comunicaciones oficiales o médicas que antes recibíamos en casa a partir de hoy no llegarán. Son cosas importantes a las que hay que poner solución ya».

Andoni Pangua, vecino afectado por la decisión de Correos, dijo tras salir de la oficina que «considero tercermundista que esto pase en una capital de comarca como es Vinaròs, y he acudido como vecino afectado. Creo que con la presión vecinal podemos cambiar muchas circunstancias. Cuando callas es cuando no se puede hacer nada».

Pangua reside en Vinaròs, concretamente en la zona de Els Cossis, desde hace cuatro meses y dijo que «como otros vecinos no optaré por instalar un buzón concentrado pluridomiciliario. Creo que tengo derecho a recibir las cartas en mi domicilio al igual que cualquier vecino, porque pago los mismos impuestos».

Por último, algunos vecinos criticaron la ayuntamiento, al considerar que actuaron una vez los vecinos conocieron la decisión de Correos que a partir del 2 de mayo iban a dejar de recibir la correspondencia ordinaria, manteniéndose el resto de servicios.