El Deportivo falló una vez más esta temporada, en esta ocasión ante un rival que nada se jugaba, el Espanyol, y sus propios errores le condenan a alargar el sufrimiento y a demorar la consecución de la permanencia más barata. La victoria le aseguraba la continuidad matemática en Primera División, el empate se la garantizaba salvo que se produjera un triple empate a 33 puntos con el Leganés y el Sporting, pero perdió víctima de una pifia de Alejandro Arribas que aprovechó Leo Baptistao, y de un contragolpe que materializó Gerard Moreno y de nada le sirvió reaccionar tras el descanso.

Un gol tempranero en el segundo tiempo le metió en el partido, pero encajó una nueva derrota y fue despedido con silbidos, gritos de jugadores mercenarios y también de «directiva, dimisión

La tarde parecía hecha a medida para que el Deportivo sellara la permanencia de manera matemática, pero el infortunio que suele acompañar a los equipos se cebó con el único central natural de los locales, Alejandro Arribas, que ya había tenido un resbalón a los dos minutos. El jugador deportivista la pifió al intentar dar un pase justo antes de que se cumpliera el cuarto de hora. Se trastabilló, regaló el balón a Leo Baptistao y el brasileño resolvió perfecto el mano a mano. La ansiedad podía con los coruñeses y los visitantes la percibieron. Con una contra de libro, Javi Fuego, Jurado y el argentino Piatti aprovecharon todas las vías de agua que les facilitó el Deportivo y Gerard Moreno colocó el esférico ajustado al poste derecho de Lux para establecer el segundo antes de la media hora.

En el arranque de la segunda mitad, Florin anotó el 1-2. El gol cambió la decoración del partido y el estado anímico de los gallegos, pero de nuevo la mala suerte y Diego López se cruzaron en su camino, lo que les impidió alcanzar el empate.