Xavier del Señor y Amparo Marco escenificaron en el pleno de ayer el divorcio que existe actualmente entre Castelló en Moviment y el PSPV-PSOE por el caso Lafuente, lo que siembra dudas respecto al Pacte del Grau en los dos años que quedan de legislatura. El portavoz de la agrupación asamblearia, en la recta final de la sesión de mayo, se enzarzó con la alcaldesa socialista, harto de lo que consideró un trato discriminatorio hacia él mismo y sus compañeros de formación política a propósito de las intervenciones en los turnos para defender las propuestas.

«Solo corta cuando usted se siente aludida (en referencia a la propia Marco). Cuando decimos que los del Partido Popular son tramposos, nos corta y pide respeto. Cuando ellos nos llaman mentirosos, no pasa nada y se calla. Si quiere ser árbitro, siempre lo sea. No actúe de forma aleatoria», le recriminó Del Señor.

«Creo que el trato no ha sido preferencial hacia unos. Ya les he dicho desde el principio que si se defiende un voto, no se puede debatir», le respondió Marco.

La tensión creció por momentos, levantándose incluso los concejales de CSeM de sus asientos para reprochar a la alcaldesa su actitud. No en vano, unos minutos antes de producirse el encontronazo, la edil Paz Beltrán se había visto obligada a desistir en su intervención por la moción presentada por Ciudadanos sobre la movilidad sostenible ante las reiteradas interrupciones de la propia Marco, recordándole que estaba fuera de tiempo y que «aún no ha explicado el por qué ni el cómo de su voto», espetó.

La tirantez entre el socio de gobierno y el PSPV fue visible desde prácticamente el primer punto del extenso orden del día. Sin embargo, la cuerda comenzó a romperse a partir del décimo cuando, en la defensa sobre una proposición de la agrupación asamblearia en relación a la instalación de estaciones medidoras de la calidad del aire, Marco detuvo a Del Señor en su alocución para pedir «respeto» hacia los munícipes de la oposición (en concreto, del PP), a los que había acusado «de ser de extrema derecha».

Las amonestaciones, no sólo de Marco, sino también de otros concejales socialistas, como Rafa Simó y Antonio Lorenzo, se sucedieron desde ese instante en cada turno de palabra del líder de CSeM y sus otros tres compañeros. Esto es, Iñaki Vallejo, Anna Peñalver y Paz Beltrán.

El asalto final dejó en un segundo plano la adhesión del Ayuntamiento de Castelló a la querella argentina sobre los crímenes del franquismo, con la abstención de C's y los votos en contra del PP.

Igualmente restó brillantez a la esperada explicación de Lorenzo, a petición de Ciudadanos, sobre la elección de Francisco Javier Genovés como intendente general de la Policía Local de Castelló. Bien es cierto que el debate resultó de lo más entretenido. El representante de la formación naranja, Vicent Vidal, acusó al edil de Gestión Municipal de «mentir», cuando este desveló que, en una reunión celebrada el 6 de mayo entre ellos, con el protagonista, José Luis Carque (intendente general) y el concejal Manuel Paduraru para aclarar el asunto, le confesó que ya no podía retirar la solicitud de comparecencia por presiones de «arriba», en referencia a la dirección de Madrid.

«Usted, que es jurista, viene un mes después, sabiendo lo que sabe, para tener sus 10 minutos de visibilidad pública. Me parece indecente y define su talla política. Me parece indigno que un representante político venga a hablar mal de un funcionario», le afeó Lorenzo a Vidal.

En el fuego cruzado también participó la líder del PP, Begoña Carrasco. «Todos sabemos el malestar en la policía, al que hay que sumar las nefastas decisiones del equipo de gobierno». La respuesta del munícipe socialista no rebajó el tono. Al contrario, puso el colofón a un pleno cargado de tensión y del que apenas hubo noticias de Compromís. «No, si ya está usted aquí para crear una sombra e inseguridad a la ciudadanía», concluyó.