La reducción del IBI a las parcelas urbanas sin desarrollar (no urbanizadas) ha supuesto un ahorro global de 500.000 euros en un año para los vecinos del municipio afectados. Así, mientras que en 2015 los derechos reconocidos netos respecto al ingreso del IBI (rústico y urbano) ascendían a 4,1 millones de euros, en 2016 descendieron a 3,6 millones de euros.

Cabe destacar que el equipo de gobierno, además de aplicar la rebaja a partir de 2016, decidió devolver a los propietarios la cuantía correspondiente del IBI de 2015 con el objetivo de compensar el pago de este impuesto tras haber cambiado el valor del suelo de este tipo de parcelas, de urbano a rústico, en relación al abono catastral.

De esta manera, el consistorio aplicó esta modificación de la valoración catastral a partir del 1 de enero de 2016 pero con efectos de 1 de enero de 2015. Un cambio de valoración que ha supuesto que las personas afectadas paguen alrededor de un 85 % menos en concepto de IBI

«Con la finalidad de que los afectados se beneficiaran de una importante rebaja fiscal, una de las primeras medidas del actual equipo de gobierno en materia tributaria fue solicitar a Catastro la modificación de la valoración de las parcelas urbanas sin desarrollar» recuerdan desde el gobierno de l'Alcora, quienes califican este cambio de valoración como «una medida muy justa, que sirve para que el terreno sea valorado con arreglo a su funcionalidad y utilidad real».

Por lo que respecta a la disminución de ingresos que supone para el ayuntamiento, destacan que «está claro que esta rebaja fiscal conlleva un esfuerzo adicional» pero «entendemos que es lo más beneficioso y justo para los vecinos». Apelan a la «responsabilidad económica y la eficiencia» para hacer frente a la situación.