El rector de la Universitat Jaume I, Vicent Climent, visitó ayer las instalaciones fabriles de Colorker en Xilxes para conocer la que, hoy por hoy, es la primera y única azulejera 4.0 a nivel mundial gracias al proyecto Ceramic Brain (Cebra), liderado por el ITC, y que se está desarrollando mediante la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) a través de los Fondos Europeos Feder de Desarrollo Regional.

El consejero delegado de Colorker, Manuel Ángel Murillo, explicó a Climent que, gracias al nuevo sistema, se tiene información de todo el proceso productivo, y que los datos recogidos permiten detectar cualquier posible error o deficiencia «para intentar reducirla al mínimo, aunque somos conscientes de que el proceso siempre tendrá un mínimo de ineficiencia, pero vamos a recortarla de manera importante». Colorker apuesta por un modelo de producción basado en la intercomunicación, la trazabilidad, la digitalización y la recopilación de una gran cantidad de información «que se traducirá en una mayor calidad del producto».

El proceso de transformación de Colorker de un sistema de fabricación tradicional al revolucionario modelo 4.0, que algunos expertos califican como la cuarta revolución industrial, se inició a finales de 2016 y se espera que esté completo a principios de 2018. En la actualidad ya existen implantados una serie de sensores de humedad destinados al control automático de la prensa, además de un dispositivo no destructivo de medida de la densidad aparente de las baldosas cerámicas. Ambos sistemas proporcionan una información rápida, segura y más fiable que los métodos tradicionales.

Además, y con el objetivo de reducir el consumo energético que se produce en las etapas de secado y cocción, se están se están instalando sistemas de recuperación de calor procedentes de los hornos para ser recirculados hacia los secaderos, optimizando así el consumo energético, y también se ha comenzado a implantar un sistema de trazabilidad de la producción «que transformará el producto final en un producto inteligente, ya que durante el proceso de fabricación, la plataforma relacionará cada baldosa cerámica con las variables de operación en cada etapa. De este modo, además de poder obtener un producto final de máxima calidad, en cualquier momento, y gracias a un código QR que será impreso en la costilla se podrá identificar cada baldosa cerámica para conocer cómo ha sido fabricada», subrayó Murillo, quien puntualizó que la transformación de la planta de Colorker hacia el modelo 4.0 «es un proyecto estratégico para Colorker, ya que se traduce en un control absoluto del proceso productivo».

Climent destacó que «la Universitat Jaume I ha valorado siempre muchísimo al sector cerámico, como un sector fundamental para nuestro territorio y claramente comprometido con la innovación y la modernización, como lo demuestra la nueva apuesta de Colorker».