El Juzgado de Instrucción número 1 de Segorbe ha abierto diligencias previas con el fin de investigar la supuesta agresión e insultos racistas por parte de una monitora a un joven interno en un centro de menores de la provincia de Castelló. Así lo confirmaron ayer desde el TSJCV quienes explicaron que el altercado tuvo lugar el pasado 25 de mayo en la capital palantina, dentro del autobús que traslada diariamente a estos menores a sus respectivos centros de acogida desde que el pasado 9 de mayo fueran trasladados del Centro de la Resurrección de Segorbe a otros centros de la provincia.

El juez investigará a la monitora «por un delito de maltrato y otro de discriminación racial, odio y xenofobia».

Tal como señala el auto del juez, «en concreto y en el momento inicial en el que nos encontramos, los hechos podrían ser constitutivos de un delito de maltrato, así como de un delito de discriminación racial, odio y xenofobia, pero estos indicios deben necesariamente ser investigados con la práctica de pruebas» y añade que «constando parte de lesiones del menor ya indiciariamente se pone de manifiesto la existencia de una supuesta agresión».

El juez ha requerido a la conselleria de Igualdad de la Generalitat Valenciana toda la información disponible sobre este incidente, así como la identidad y edad de los otros menores que viajaban en el autobús escolar.

Por su parte, desde la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas apuntaba ayer que «la monitora estaba contratada por la empresa privada de los autobuses y, al día siguiente del incidente, se habló con el niño implicado y la misma, y como existe una contradicción entre los testimonios de uno y otro lo que se hace es sustituirla por un cuidador de la Conselleria». Así las cosas, desde Igualdad, quienes no confirman ni desmienten los hechos alegando que hay un proceso judicial abierto y será ahí donde se tendrá que resolver si es así o no», desestimaron también hacer una valoración afirmando que «no somos juez y parte, solo exponemos los hechos como nos han dicho y ya está».

Citados a declarar

El magistrado ha citado a declarar además como testigos al conductor del autobús, a varios menores que viajaban en el interior del vehículo y que presenciaron los hechos y a dos agentes de la Policía Local de Segorbe y la Guardia Civil, que fue la encargada de redactar el atestado del incidente.

Así las cosas, el altercado por el que la monitora será investigada, tuvo lugar sobre las 17.30 horas en la puerta del Colegio del Seminario Menor diocesano. A diario, los menores trasladados están asistiendo hasta finalizar el curso escolar a sus respectivos colegios en Segorbe, por lo que suben hasta la capital palantina en autobús con una monitora que se encarga de velar por su traslado. Fue al salir de clase cuando los menores subieron al autobús y habría sucedido el percance.

Así las cosas, según explicaban ayer fuentes conocedoras del caso, la discusión entre la monitora y uno de los menores, llevó finalmente a la misma a perder los nervios y, presuntamente, propinarle un golpe al joven, que acabó con sangre en la nariz. El conductor del autobús, al ver lo sucedido, aparcó el vehículo a un lado de la calzada de la avenida Valencia y llamó a la policía local y a la guardia civil.

Según estas mismas fuentes, al llegar un agente de la policía local y ver la situación con los menores y la monitora muy alterados, rápidamente se llamó a otro compañero, así como a la Guardia Civil que fue la encargada de mediar y tranquilizar a los escolares para, posteriormente, tomar una primera declaración de los implicados, redactar el atestado y remitir el caso a los juzgados.

El menor fue atendido por una ambulancia que se desplazó hasta el lugar de los hechos, ante la presencia de multitud de personas que pasaban por allí y preguntaron por lo sucedido tras ver a los menores alborotados.Ante la situación y hasta que no se esclareció el altercado, los menores estuvieron en el patio del colegio. Sobre las 20 horas, el autobús tomó el camino de regreso a sus nuevos centros, con la monitora en el interior.

El Consell trasladó a estos menores basándose en un informe de inspección que aseguraba que los educadores y las Hermanas Terciarias, encargadas de gestionar el centro, daban los menores comida caducada, supuestos maltratos con duchas de agua fría, abusos de poder e incluso se habría registrado un supuesto caso de abuso sexual entre un cuidador y una interna de 17 años.