Amparo Marco, alcaldesa de Castellón, colgó ayer un vídeo en las redes sociales en el que carga contra el todavía presidente del CD Castellón, David Cruz, y en pocas palabras dice que el responsable de la entidad «no es un digno representante del albinegrismo». La edil confía en que en breve arranque un nuevo tiempo para la entidad de la capital de la Plana «donde Cruz no puede estar». También lament la agresión sufrida por un aficionado orellut el lunes en un bar próximo a Castalia por parte de Cruz. «No se puede agredir a la afición ni verbal ni físicamente. Es intolerable», dice la alcaldesa.

La primera edil del Ayuntamiento castellonense se alegra de los éxitos del CD Castellón «y de sus esfuerzos por subir a Segunda B», pero dice no poder decir lo mismo de quienes llevan «de la dirección y gestión del club». Y va subiendo el tono a medida que van pasando los minutos en el vídeo: «El presidente del CD Castellón no es un digno representante del albinegrismo», y le acusa de «jugar con el club como su fuera una mercancía que se compra y se vende; no se puede maltratar a los jugadores, que son los que de verdad están luchando por que el CD Castellón suba de categoría».

Marco remató su intervención de menos de un minuto diciendo que «ha de empezar un nuevo tiempo para el club, y ha de empezar ya. Y en ese nuevo tiempo David Cruz no puede estar. Desde el equipo de gobierno estamos trabajando para que así sea».

Los años de gobierno de David Cruz, que tomó las riendas del club en verano de 2012, han estado marcados por los conflictos. Son constantes los roces con la plantilla, a la que adeuda entre cuatro y cinco mensualidades.

El pasado domingo, en la ida de la penúltima eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda B, alrededor de mil aficionados invadió pacíficamente el estadio sin pasar por taquilla, como protesta por la gestión presidencial. El club no permite pagar las entradas con tarjeta, un hecho que acentúa las sospechas ante la gestión del presidente, que ya ha sido denunciado por los propios aficionados, que a su vez recolectaron dinero en la grada para entregárselo directamente a los jugadores.

El latente divorcio entre la afición y el consejo va en aumento, y se alimenta en el palpable riesgo de liquidación de la entidad, que cumplirá 95 años en julio. El club dejó de cumplir los plazos de los pagos acordados con Hacienda. En los últimos meses, la afición ha multiplicado sus actos de protesta, pero Cruz sigue al frente pese a acumular deudas y no haber pagado siquiera el contrato que en su día firmó con los anteriores propietarios, que también lo tienen denunciado.

En el lío, y mientras se espera una solución, Cruz pagó su nerviosismo con un aficionado, miembro de la peña «Resaka Albinegra», impulsora junto a «Barricada» de la llamativa invasión del estadio. Este seguidor coincidió en el Café Albinegre con el todavía máximo dirigente de la entidad castellonense y fue presa de algo más que palabras por parte del mismo. Según explicó posteriormente la propia peña, el agredido, de unos 50 años, recibió «insultos, un pisotón y un empujón».