Con nocturnidad y alevosía David Cruz publicó en la web del Castellón un comunicado de difícil comprensión. Recordó el montante de la deuda que deparó el acuerdo múltiple del concurso de acreedores, apuntó sin prueba alguna la cifra recaudada en las últimas taquillas y responsabilizó, en última instancia, a los aficionados que no pasaron el domingo por taquilla de la deuda que el club arrastra durante prácticamente toda la temporada a empleados, jugadores del filial y entrenadores del fútbol base.

El presidente del Castellón recuerda en el texto que el club entró en concurso con una deuda de 7,281 millones de euros, y que a partir de la aprobación del convenio en 2015, la deuda quedó reducida a 4,206 millones. Desde entonces, el club ha pagado 325.095 euros a Hacienda, a la que pidió una demora y dejó de pagar meses atrás. Cruz justifica los impagos en el día a día porque la mitad de los ingresos del club va destinada a la deuda heredada.

En cuanto a las taquillas, apunta que contra el Villarreal C se recaudaron 10.119 euros; contra el Olímpic 6.117; contra el Poblense 33.415 euros; y contra la Peña Sport 29.247 euros. Ese dinero asegura haber ido repartido a la plantilla (44.889 euros), empleados, desplazamientos, arbitrajes, gastos del estadio y proveedores. Si no hay dinero para más, resume, es porque la gente no le paga.