El Corte Inglés Castelló ha contratado a Judith, una joven con discapacidad intelectual, para que trabaje en la línea de cajas del supermercado. El contrato se enmarca dentro de las políticas de responsabilidad social de la empresa y el plan de empleocon apoyo impulsado por la Fundación Síndrome de Down de Castelló. Una medida que pretende normalizar la contratación de discapacitados en el mercado laboral y que, según palabras de del jefe de personal de El Corte Inglés, José Antonio González, «las empresas tenemos que dar el paso para integrar a estas personas».

La experiencia está siendo más que satisfactoria. Judith, con un contrato de un año a tiempo parcial, se encarga de recoger las cestas, reponer, hacer descompras y ayuda en los envíos a domicilio, tareas todas ellas que ya realiza sin supervisión. La evolución está siendo tan positiva que la coordinadora de la línea de cajas, Ángeles Pérez, ya está preparando nuevas tareas para la joven. «Al principio le costó pero ahora ya está integrada, habla con los compañeros e incluso con los clientes más habituales», reseña Pérez quien destaca que el trato que le da a Judtih es el mismo que a cualquier trabajador, «no la trato diferente».

La joven superó las entrevistas de entre cuatro candidatos propuestos por la fundación ya que daba el mejor perfil en función del puesto laboral a cubrir. «Dentro de nuestra política de responsabilidad social uno de los puntos es la diversidad y fue eso lo que nos lleva a tratar con colectivos como son Down Castelló para incorporar una persona con discapacidad intelectual a nuestra plantilla», explica González. Además, el responsable de personal añade que «cremos que es un aliciente para nuestroa trabajadores poque no queremos que esto se trate de dar una imagen a nuestro cliente sino más bien de que nuestro propios trabajadores se den cuenta que la política de responsabilidad social es real, y les motiva».

El centro comercial ya participó en el plan de empleo de Down Castelló con prácticas y confía en que el contrato de Judith no sea el único que formalice. Cabe señalar que solo el 5 por ciento de las personas con discapacidad intelecutal en edad de trabajar están contratadas, un dato que «nos tiene que hacer ver a las empresas nuestro comnpromiso con un colectivo que tiene muchas dificultades para acceder al mundo laboral».