Al día siguiente de que se produjera una supuesta agresión racista a un niño interno en un centro de menores por parte de una cuidadora durante un trayecto en autobús, un educador se incorporó para acompañarle en el recorrido desde la instalación en la que reside hasta Segorbe, localidad donde estudia. El educador es del propio centro en el que ahora el menor está interno --tras el traslado del centro de la Resurrección de Segorbe--, que conoce a los niños y convive con ellos, para que refuerce este trayecto en el autobús y atender así cualquier incidente que pueda surgir.