El Partido Popular se esfuerza a diario en mantener un contacto directo con los castellonenses, a quienes recuerdan, por si acaso no lo captan por sí solos, que PSPV, Compromís y Castelló en Moviment son la Santísima Trinidad del Lado Oscuro. Por si fuera poco, y si usted tiene aún la costumbre de abrir el buzón de su casa, estos días se encontrará, junto a las habituales facturas y ofertas de pizzas, un bonito folleto titulado «2 años del Pacte del Frau», editado por el grupo municipal popular para ´celebrar´ su bienio en la oposición.

El panfleto acaba con un montaje de «La casa de los líos», en los que se ridiculiza a la alcaldesa, Amparo Marco; a la vicealcaldesa, Ali Brancal, y a los concejales Antonio Lorenzo, Rafa Simó, Patricia Puerta y Xavi del Señor... ¿Educativo, verdad? Me imagino el autor intelectual de tan infantil montaje, pero me lo guardo para que no digan que tengo inquina personal.

El final del folleto tiene un brillante eslogan -«Que no te líen, confía en nosotros»- después de relatar en diez bloques todos los incumplimientos y fiascos que los tres partidos del Pacte del Grau acumulan desde junio de 2015. Vamos, que yo que vivo en la misma ciudad que nuestros concejales populares me pregunto si Castelló no será la nueva Sodoma y Gomorra o si no nos mereceríamos un nuevo diluvio universal para llevarnos a todos. El problema que tiene el PP es que, tras gobernar con mayoría absoluta durante 24 años en la capital de la Plana, tiene menos credibilidad que San Pedro.

Sería largo analizar los diez apartados, pero algunos son de premio. «Fracaso de la política de turismo», en la que meten el ´camping-parking ilegal´ de autocaravanas, el plagio del plan turístico vasco, el retraso de los servicios de playa o tener cerrado el quiosco de la plaza de la Paz, aunque no dicen que está con la persiana bajada porque adolece del necesario baño público, que tampoco existía con el PP.

«Inseguridad en todo». Oye, debe estar muy contento el subdelegado del Gobierno, el popular David Barelles, cuando hablan de los robos en la marjaleria como si fuese el Bronx. Ahora resulta que los ladrones roban según quién gobierna. Y, sorpresa, hay hurtos en los comercios del centro. Fuerte, ¿no?

«Siguen los desahucios», y aquí tienen más razón que un santo. El bipartito se presentó como el salvador de la situación, pero la realidad le ha dado una bofetada a PSPV y Compromís. Llámenlo burocracia, legalidad o ´x´, pero la gente se sigue quedando sin hogar. Es, sin duda, un tema prioritario.

«Desastre sanitario». La sanidad es un buen campo para tocar el corazón de los futuros votantes, y aquí el PP imputa a la alcaldesa todos los problemas del Hospital provincial y deficiencias sanitarias. Se les habrá olvidado sin querer la investigación de la Fiscalía sobre facturas presuntamente irregulares, con el PP en el Consell, en el citado centro, pero no pasa nada, yo se lo recuerdo.

«Trampa-rencia». Qué ´palabro´ más divertido, ¿verdad? Esto ya parece el colegio. Con él quieren denunciar que se oculta información, que la web municipal es opaca y que los presupuestos participativos dan pena. Seguro que hay mucho por mejorar, pero les aseguro que le da mil vueltas a la ´trampa-rencia´ del PP.

Uno de mis preferidos es el titulado «Ataques a lo nuestro». Se me pone la piel de gallina, en serio. Aquí acusan al lado oscuro de atacar «nuestras tradiciones», como las celebraciones religiosas, los ´bous al carrer´ o los ´símbolos de la ciudad´. Nadie impide seguir participando de ellas, pero sí es interesante debatir si el dinero público no tendrá quizás otras prioridades. El PP piensa que no.

También parecen indignarse porque el bipartito «rescata a las personas...amigas», relatando las 18 personas de confianza contratadas. Les aseguro yo que PSPV y Compromís son una ONG comparado como el batallón de estómagos agradecidos de los 24 años ´populares´, algunos de ellos líderes vecinales que ahora usa el PP como arma arrojadiza contra la actual corporación.

Pero lo que impacta, por el grado de cinismo que implica, es cuando denuncian en este folleto la «inseguridad jurídica por la falta de un Plan General sin fecha de aprobación, que provoca fuga de inversiones (...)». Realmente, hay que tener osadía para imputar a PSPV y Compromís, con dos años de gobierno, el desastre urbanístico de una ciudad en la que el PP ha gobernado 24 años a su antojo, y a quienes el Supremo le tumbó un PGOU que no dudaba en arrasar barrios humildes. ¿Se miran de verdad al espejo y son capaces de escribir esto sin sentir rubor? Sinceramente, me aterra.