El municipio de Vila-real salió ayer a la calle para dar su último adiós a Pasqual Batalla, al que fue primer teniente de alcalde y gran amante y defensor de su localidad.

El vestíbulo de Ca la Vila acogió la capilla ardiente que se abrió a las 10 horas y, hasta casi llegado el mediodía, muchos fueron los vecinos que quisieron acudir para despedirse de su ilustre vecino. Junto al féretro de Pasqual Batalla se encontraban sus hijas y su mujer, y su familia, así como la autoridades municipales, encabezadas por el alcalde, Vila-real.

Asimismo, entre los cientos de vecinos que acudieron y firmaron en el libro de condolencias, no faltaron los miembros de la penya l'Embolic, a la que Pasqual pertenecía y fue miembro fundador. Como recordaban Ana Carmen, Celina, Encarnita, Tere y Raquel, Pasqual Batalla era «el alma mater de la penya», «se ha volcado siempre en la penya, con su cocina, su amabilidad, lo era todo».

Y tanto era el cariño que sentían los amigos de la penya l'Embolic por su querido Pasqual que padres e hijos de la misma fueron los encargados de portar a hombros el féretro desde la plaza Major hasta la arciprestal de San Jaime. Antes de ello, miembros de la corporación municipal se encargaron de sacar a Pasqual Batalla del ayuntamiento hasta la escultura de Jaume I donde el silencio solo se interrumpió por la música de la Unió Musical La Lira de Vila-real interpretando la Marcha de la Ciudad.

A su llegada a la iglesia arciprestal de San Jaime le esperaban los 'gegants' de la ciudad y que Pasqual consiguió impulsar su recuperación: Pasqualet, Marigracieta, Jaumet y Pinella.

Durante el oficio religioso estuvo presente la Coral Sant Jaume y se destacó el carácter optimista y sociable de Pasqual, «era vitalista y emprendedor, creaba ambiente allí donde estaba y en su trabajo, o vocación diría yo, tanto de maestro como de político, era muy responsable y entregado».

Rosariero, miembro de la Cofradía de la Sangre, gran aficionado al parany, de peña de fiestas, «y sobre todo orgulloso de su pueblo, Vila-real, de su lengua y tradiciones hasta la médula».

Antes de abandonar la iglesia, dos amigos suyos, de la penya l'Embolic, Carmen Manzanet y Matías Marín, dirigieron unas palabras Pasqual. «No se puede ser tan fuerte, valiente, polifacético. En plenas fiestas de Sant Pasqual dando tu apoyo a las fiestas, al centenario a tu y nuestro querido patrón Sant Pasqual Bailón», recordaba Carmen quien añadió esa lucha que mantuvo siempre Pasqual por recuperar las tradiciones y las fiestas de Vila-real.

Una vida «más pobre y fea»

Matías ya comentó antes del oficio religioso que «mi vida es más pobre y más fea sin Pasqual. Era un gran amigo, una gran persona y muy preocupado por su ciudad, Vila-real».

Tras la misa y una vez sacado el féretro a las puertas de la iglesia arciprestal, una dolçaina y un tabal de El Trull hicieron sonar la muixeranga y tras el cortejo fúnebre fue conducido al cementerio.

El amor y cariño que se sentía por Pasqual también se constató con las aproximadamente 30 coronas florales que acompañaron al féretro.

Y, además de los vecinos, familiares y amigos, hubo una gran representación política. Más allá de la corporación municipal al completo, no faltaron al funeral el president de la Generalitat, Ximo Puig, el vicepresidente segundo de les Corts, Alejandro Font de Mora, la diputada en les Corts, Mònica Álvaro y el diputado Carles Mulet. El secretario autonómico de Inclusión, Alberto Ibáñez, la directora general de Internacionalización, Mª Dolores Parra, el director general de Política Lingüística, Rubén Trenzano. También estuvo el senador Jordi Navarrete.

Por parte de la Diputación de Castelló, estuvo el vicepresidente, Vicent Sales, y el diputado Xavi Trenco. El alcalde de Betxí, Alfred Remolar, visiblemente afectado y que portó el féretro a la salida de la arciprestal, estuvo entre los alcaldes presentes en la despedida de Pasqual Batalla. Tampoco faltaron el alcalde de l'Alcora, Samuel Falomir, y el primer teniente de alcalde, Víctor Garcia, también muy afectado. El alcalde de Rosell, Evaristo Martí, municipio en el que Pasqual ejerció como maestro. El concejal de Cultura de Borriana, Vicent Granel, o el concejal de Nules, Adrián Sorribes, también acudieron ayer Vila-real, y sorprendió la ausencia por parte del Ayuntamiento de Castelló.

Asimismo, también acudieron los Hijos Predilectos de la ciudad, representantes empresariales y entidades sociales, culturales y ciudadanas. Destacar aquí la presencia del presidente del Villarreal CF, Fernando Roig y la consejera delegada de Porcelanosa, Mª José Soriano.

Un gran adiós a Pasqual Batalla.