Cuentan los periódicos, las radios y las teles, todo Cristo lo dice, que el futbolista Cristino Ronaldo quiere irse de España y que lo tiene decidido. Quiere irse de España no del Real Madrid, de España, cual si fuera uno más de entre los separatistas catalanes, porque también ellos quieren irse de España y todos por lo mismo: unos porque España les roba, otros porque España no les quiere lo suficiente para sus méritos. Como es guapo y rico y famoso los españoles que no son del Madrid y alguno que también lo es, digo del señor ministro de Hacienda, le tenemos envidia, a la que tan dados somos en este país. Ni envidia sana ni leches, envidia, pura y dura, mucha. De manera que así las cosas que Cristiano Ronaldo quiera irse, sería razonable, de no ser que el ataquito que se le ha venido encima al jugador portugués ha coincidido con un episodio relacionado, supuestamente, claro, con que Cristiano Ronaldo ha hecho trampas con sus declaraciones a la Hacienda Pública española, el muy pillastre, supuestamente, claro, pero que coincide, en el tiempo y en el espacio. Casualidad.

Por aquí la sabiduría popular dice que «la mar, quan mes té, mes vol». De aceptarlo como axioma, principalmente entre los que son muy guapos, muy ricos y muy famosos, lo natural es que tiendan a engrosar sus cuentas bancarias así en España como en otros lugares, y a medida que van ingresando más, la necesidad de alimentar las cuentas bancarias crece y crece sin parar. Como el espejo les devuelve todos los días un aspecto renovado, cirugía mediante, o no, los afeites también influyen, envejecen a otro ritmo y menor de lo que lo hacemos el resto de mortales, cada día más pobres, más viejos, más feos y más muchísimo más envidiosos. Algo de lo dicho le puede estar ocurriendo a Messi, pongamos por caso, que todavía no ha dicho que quiere irse del Barcelona, probablemente porque cuando Catalunya salga de España, Messi también lo hará, lo que no ocurre con Ronaldo, porque Cristiano, es del Madrid y Madrid no quiere irse de España, porque España es Madrid, de modo que efectivamente tendrá que irse él, eso sí, previo pago de lo que no ha pagado más los intereses, porque Montoro es muy suyo.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ya ha salido a los medios para decir que tiene una conversación pendiente con el jugador portugués, para convencerle de que reflexione, que además del más rico, más guapo y más famoso es también el jugador más importante en la historia del Real Madrid y todos los jugadores grandes del fútbol mundial quieren jugar en el Real Madrid, principalmente para compartir vestuario con el as portugués, y si él se va, se llevará consigo, además de la capacidad de marcar todos los goles que le venga en gana, todo el glamour del equipo y del club madridista y eso no se puede consentir. Cristiano Ronaldo ya forma parte de las esencias del Madrid y del madridismo, de modo que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, como dijo El Gallo, aquel torero que era como Cristiano Ronaldo, pero toreando toros bravos que esa es otra. En cualquier caso, el tema ocupará páginas y páginas del periódico que lee Mariano Rajoy, y a Mariano Rajoy esas cosas no se le hacen, de modo que si es necesario que el presidente del Gobierno acuda al palco de autoridades para ayudar a convencer a Cristiano, se le llama y santas pascuas.

Alguien tiene que convencer a CR7 de que la envidia es un sentimiento miserable que en todo caso no afecta al que lo produce, sin querer, claro, sino a aquellos que lo sienten más o menos intensamente, y son ellos los que sufren, aquellos a los que les crecen los piños de rabia contenida, de modo que ellos son los que rabian cuando marca un gol, cuando lo celebra con ese grito particular o cuando se quita la camiseta para enseñar sus pectorales, que también son únicos y a la vista está. Seamos pues, serios. Si CR7 se va del Real Madrid, lo que es lo mismo que irse de España, a los españoles que no son del Real Madrid se les acabará la fuente principal de odio, largarán un suspiro inacabable, y tendrán que buscarse consuelo en otra figura rica, guapa y famosa pero ya nunca será lo mismo.

Como además el ataquito que se le ha puesto por sombrero a Cristiano Ronaldo ha coincidido en el tiempo con sus problemas con Montoro, casualidad, el presidente Florentino puede echar mano de la caja del club más importante del mundo para equilibrar las finanzas del jugador que no siendo, como no es la condición principal, «mes val un gust que cent panderos». Al fin y al cabo, en las contractuales de esta clase de genios del fútbol se suele establecer que sus emolumentos son libres de impuestos, aunque en realidad el error supuesto proviene de los derechos de imagen.

Cambiando de registro, convengamos en que así Messi como Cristiano Ronaldo tendrán que vérselas con la Hacienda Pública tal cual debe ocurrir con cada uno de los ciudadanos españoles sujetos a la contribución a los Presupuestos del Estado, lo que es justo y necesario. La Hacienda española debe ser igual para todos, así los dos futbolistas ahora investigados, como en su día tuvo que enfrentarse nada menos que a Iñaki Urdangarín, yerno y cuñado de reyes, con lo que queda patente que todos somos iguales, a la hora de contribuir al erario público.