El Ontinyent mira hacia el futuro con optimismo. Hace cinco años, el club de la Vall d'Albaida caminaba hacia la desaparición, hundido en el pozo de Tercera División y con más de un millón de euros de deuda. Ahora, un lustro después, la situación en El Clariano es radicalmente distinta. El pasado jueves, días antes de que el equipo sellase su ascenso a Segunda B en la ciudad deportiva del Alavés, el empresario australiano Rodney Meaker firmaba la compra del 80 % de las acciones del club por 54.000 euros y la obligación de limpiar la deuda de la entidad, cifrada en 500.000 euros. Fue el último paso a un complejo proceso que ha permitido que el club sea ya una sociedad anónima deportiva, a expensas de que la comisión mixta de la Liga y la Federación tasen el capital real de las acciones de la entidad valenciana.

El aterrizaje del inversor australiano en Ontinyent se ha formalizado mediante la empresa Elite Sports 17, con 350.000 euros de capital social y creada para la adquisición del club. Además, el hombre de confianza de Meaker es Adrián Márquez, un joven valenciano de 25 años que se ha convertido en el nuevo presidente del equipo, ya que Luis Ortiz, el anterior dirigente, ahora presidente de honor.