Una rondalla, unos pocos hombres y algunos más curiosos aguardaban ayer a la entrada de Castillo de Villamalefa la llegada de un autobús lleno con más de 50 mujeres, sobre todo de Onda, pero también de Almassora y Castelló. El pueblo acogía la cuarta edición del Encuentro de la Amistad siete años después de la última, que se celebró en San Vicente y Zucaina en 2010. El desembarco de la 'caravana de mujeres', que así se conoce popularmente este evento, fue lento, más bien tímido. La primera en bajar del vehículo fue Mari Carmen Baraldés, el alma mater del evento. Después, sin prisa, y con algunas pausas, lo hizo el resto, mientras que la rondalla que los recibió no paraba de tocar.

El alcalde de Castillo de Villamalefa, Diego Gallén, indicaba al inicio de la jornada, con la pañoleta puesta y ejerciendo de anfitrión que "espero que sea un día de fiesta, y que la gente disfrute del pueblo". Una vez todas con los pies en el suelo, y alguna mirada que exclamaba 'tierra, trágame', la rondalla cantó una jota. Dos mujeres rompieron el hielo con un baile al que siguieron otros danzantes. Posteriormente acudieron al restaurante 'El Castillo', coorganizador del evento, donde las asistentes, unas 20 de ellas subidas en coches particulares, picotearon algo antes de visitar la iglesia, en la que todavía no hubo que confesar ningún pecado, y la almazara, una de las pocas de la provincia de Castelló donde elaboran el aceite en frío.

Con baja temperatura también estaba el ambiente, y alguna mujer incluso llegó a preguntar "¿pero aquí donde están los hombres?". Estar, estaban, muchos de ellos en el bar. Algunos, como José Ángel, ya se había dejado ver antes en el almuerzo. "Yo estoy libre y tengo muchas amistades", indicó José Ángel, divorciado desde hace cuatro años que subió animado por un amigo. No se mostraba ni optimista ni pesimista, «pero tengo una casa en Lucena por si se calienta la cosa».Casi todos los presentes llegaron allí por "culpa" de un amigo o "porque conocía a la organizadora", y todos, "para pasárselo bien", "que me han dicho que los que vienen disfrutan mucho".

Otra mujer, entre risas, esquivaba las fotografías. "Es que no salgo favorecida", se excusaba. "Lo que me hacía más ilusión era saludar venir al pueblo y saludar al alcalde", bromeaba esta mujer de la Vall. Algunas parejas ya llegaban formadas desde casa y sólo con la intención de festejarlo.